El
grupo de Reumatología del Complejo Hospitalario Universitario da Coruña (Chuac), en colaboración con el equipo
Biofarma de la
Universidad de Santiago, ha descubierto cómo
frenar el avance de la artrosis, que degenera los cartílagos, utilizando
fenofibrato, un fármaco común, libre de patente y utilizado para el tratamiento de alteraciones metabólicas como la
dislipemia, caracterizada por la alta de concentración de lípidos como el
colesterol o los
triglicéridos en sangre.
Hasta ahora,
los soluciones contra la artrosis se centraban en tratar los síntomas, como el dolor o la inflamación. Sin embargo, gracias a este hallazgo se abre la puerta a
la posibilidad de elaborar un medicamento indicado para estas patologías endocrinas, según los resultados de su investigación, que han sido
publicados en la revista médica EbioMedicine.
El fenofibrato "presenta la ventaja de que
es un fármaco ya aprobado por la FDA norteamericana y la Agencia Europea del Medicamento (EMA), por lo que no sería necesario realizar ensayos clínicos para probar su seguridad", señala Beatriz Caramés, responsable del grupo de Biología del Cartílago, adscrito al equipo de Reumatología dirigido por Francisco Blanco, y líder de la investigación, según
La Voz de Galicia.
Un fármaco con propiedaes senolíticas
De entre los fármacos que disponibles en el mercado, cuyo cribado se realizó en la quimioteca del grupo Biofarma, dirigido por
Mabel Loza en la Universidade de Santiago, los investigadores
buscaron uno que tuviera propiedades senolíticas y así eliminar aquellas células que entran en senescencia, un proceso ligado al envejecimiento por el que las células dejan de dividirse, pero cuyos efectos se acumulan en el ADN causando el daño.
De esta forma,
se pretendía eliminar de forma selectiva estas células envejecidas en el cartílago. Y encontraron que el fenofibrato no solo cumplía esta función, sino que también activaba la
autofagia, un mecanismo de autolimpieza celular por el que estas eliminan sus desechos.
En total se analizaron 14 compuestos, de los cuales algunos de ellos también reunían estos requisitos. Sin embargo, se decantaron por el fenofibrato porque estaba
libre de patente tras llevar más de diez años en el mercado y porque cuenta con
un mecanismo de acción relacionado con el metabolismo de lípidos, un proceso clave en muchos tejidos.
Activar la autofagia
"Lo que observamos -explica Caramés- fue que al
eliminar las células senescentes de forma selectiva y al activar la
autofagia mejoraba la función articular y se ponían en marcha los mecanismos de prevención de la enfermedad".
Los estudios preclínicos ya han demostrado la eficacia del fenofibrato contra la artrosis, sin embargo,
los investigadores quieren evidenciar estos resultados en ensayos clínicos con pacientes.
En un primer momento, se ha observado los efectos del fármaco en en muestras de tejidos de enfermos del servicio del
Chuac y luego en una cohorte internacional de
5.000 pacientes, en una investigación en colaboración con dos grupos de
Estados Unidos y uno de
Rusia.
Se trataba de pacientes que además de artrosis, en algunos casos, preresentaban alteraciones metabólicas para las que fueron tratadas con fenofibrato. Y en estos casos se observó una mejora en su función articular.
El siguiente paso para ritificar los resultados es realizar la prueba en pacientes de área de
A Coruña. Si se demustra la eficacia, el próximo paso sería pasar a los ensyaos clínicos, algo para lo que el equipo español está buscando financiación.
"Estamos tocando a la industria farmacéutica y a las empresas biotecnológicas, porque estamos convencidos de que el fármaco funciona. Creemos que los pacientes pueden beneficiarse", destaca Caramés.
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