Las comunidades autónomas se han convertido en las protagonistas a la hora de gestionar la crisis provocada por el coronavirus. Es por ello que la coordinación entre los diferentes territorios es fundamental para seguir una estrategia planificada, al tiempo que también se tienen en cuenta las características intrínsecas de cada uno de los territorios.
Julio García Comeseaña, consejero de Sanidad de la Xunta de Galicia, une su perspectiva a
'Lecciones del Covid-19', el documento impulsado por
Redacción Médica con recomendaciones de las principales voces del sector para reformular el Sistema Nacional de Salud.
¿Qué medidas considera que fueron más acertadas ante la segunda ola ante el Covid-19?
A la segunda ola nos anticipamos. En el caso de Galicia,
comenzamos a tomar medidas muy duras desde primeros de noviembre, lo que nos permitió que el número de pacientes ingresados tanto en UCI como en planta fuera no fuera especialmente alto.
La ocupación de camas la mantuvimos en torno al 50 por ciento respecto a los valores máximos de la primera ola. También realizamos una desescalada gradual que funcionó bastante bien.
¿Cuáles fueron los mayores errores ante la segunda ola, visto con perspectiva?
Los errores vienen marcados por el calendario. El descenso de casos de la segunda ola coincidió con la Navidad. Siempre he defendido que las medidas que entonces se tomaron
no se aplicaron para salvar las fiestas, sino para salvar el mes de noviembre porque estábamos en valores de número de contagios muy altos.
"No aplicamos medidas para salvar fiestas, sino para salvar vidas"
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La bajada progresiva de los valores de la segunda ola, sin haber mejorado todavía del todo la presión hospitalaria de pacientes críticos, pues este índice tarda más en reducirse, coincidió con un aumento importantísimo de la movilidad y el contacto social debido a las vacaciones.
También lo hizo con
la eclosión de variantes más contagiosas del Covid-19, lo que produjo una situación que nos ha llevado a la tercera ola. Hasta momento, los datos epidemiológicos, al menos en Galicia, nos llevaron a antes de Navidad de una apertura de las restricciones, pues todos los parámetros, como los indicadores de incidencia acumulada, nos permitieron abrir las ciudades municipios con una incidencia a 14 días por debajo de 100. Una marca que hoy sería totalmente razonable para suavizar las restricciones y que aquel entonces también lo era.
La apertura, después de unas semanas con restricciones, coincidió con la llegada de las nuevas y más contagiosas del Covid, lo que produjo un coctel muy peligroso que produjo más consecuencias en esta tercera ola que durante la segunda.
¿Qué cree que ha hecho que España se enfrente a una tercera ola de esta naturaleza?
Los restos pandémicos de
la segunda ola que no habíamos logrado aliviar del todo, como los aún altos grados de ocupación de camas de críticos en los hospitales, sumado con la recuperación de la movilidad y, probablemente, las nuevas cepas, en especial la británica.
El consejero gallego de Sanidad, Julio García Comesaña.
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¿Qué medidas se deberían tomar para frenar la pandemia en nuestro país?
Por un lado, las herramientas que utilizan
las comunidades autónomas, que tienen la responsabilidad de gestionar la pandemia pues el Gobierno ha delegado la responsabilidad en ellas, deben ser las más adecuadas. En este sentido, nos preocupan que medidas que se toman en base a criterios epidemiológicos, como el cierre de la hostelería, puedan ser tumbadas, en este caso, por el
Tribunal Superior de Justicia de esa región. Las medidas que tomen los gobiernos autonómicos deben contar con el aval normativo adecuado.
"Echo en falta que el Ministerio de Sanidad fije una estrategia clara en materia de coordinación entre las diferentes comunidades"
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En segundo lugar, hay medidas que están tomando en otros países para regular la entrada y salida de personas de sus territorios y sobre las que las comunidades no tienen competencia.
Aquí cualquiera puede venir por el aeropuerto, coger un coche y presentarse en cualquier lugar de cualquier región sin que haya manera de poder controlarlo. En otros países sí que se está vigilando las entradas y salidas. Porque si uno sale a Alemana desde España sabe las medidas que tiene que adoptar si quiere que le dejen pasar, sin embargo si alguien quiere entrar a nuestro país parece que lo tiene mucho más fácil. En Galicia, en verano muchas personas iban en avión hasta Portugal y luego entraban a cualquier región española en coche. Las medidas de control son importantes.
Además, echo en falta que el Ministerio de Sanidad fije una estrategia clara en materia de coordinación entre las diferentes comunidades más global, y no dar solo unas herramientas. Al final, cuando uno toma medidas, pero en otros territorios son ligeramente contrarias o distintas genera una cierta sensación de descoordinación que se podría mejorar.
¿Confía en la vacuna como solución a la situación creada por este coronavirus?
Es una solución fundamental.
No será la solución al 100 por cien, porque hay que ver cómo terminan actuando las vacunas y cómo protegen ante las distintas variables del Covid-19. Aunque con una vacuna no se resuelva el Covid-19, las duras situaciones epidemiológicas sí que van a revertirse.
Esto ya no se nota en las residencias de mayores, con el número de contagiados, ingresos y mortalidad. La vacuna será un parte importante de la solución, pero no será inmediata porque de momento no hay dosis suficientes para toda la población, y porque seguramente veremos en segundas y terceras etapas de vacunación los problemas o carencias que habrá que ir resolviendo.
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