Oriunda de La Coruña, aunque muy vinculada sentimentalmente a Ortigueira,
Elia de Esteban Maciñeira, residente de cuarto año de
Oftalmología en el
Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), es una profesional vocacional y apasionada por el ámbito clínico-quirúgica, pero también por el investigador y docente de su trabajo. La joven ha resultado ganadora de la
III Beca Asomega de Oftalmología Profesor García Sánchez, que, patrocinada por
Meiji, otorga una ayuda de 2.000 euros para una estancia de dos meses en el
Hospital Clínico San Carlos de Madrid, en concreto, en el Servicio de Oftalmología que dirige el miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Médicos Gallegos (
Asomega)
Julián García Feijóo. Elia ejerce su profesión desde la convicción de que todo lo que se aprende, se investiga y se pone en práctica gira en torno al paciente.
¿Por qué estudió Medicina y qué influyó en su decisión de elegir Oftalmología?
La decisión de estudiar Medicina la tomé realmente en primero de Bachillerato. Ese año estudié en Estados Unidos y tuve la suerte de contar con unas profesoras de Ciencias de la Salud que supieron transmitirnos su amor por la Medicina. Las figuras de mi madre y mi abuela siempre sirvieron de inspiración. Con respecto a la elección de Oftalmología, puedo culpar a la profesora Rodríguez Ares, aunque quizá ella no recuerde a la estudiante de cuarto de carrera que la siguió a quirófano para ver su primer trasplante de córnea. Ese día llegué a casa con una decisión tomada. Las prácticas que realicé en La Coruña en sexto de carrera también ayudaron a afianzar esta idea. Creo que la Oftalmología es una especialidad muy resolutiva y dinámica, que combina la parte clínica con una cirugía que, aunque haya quien pueda discutirlo, es la más bonita que hay.
Al principio de su residencia ya estuvó en el Clínico de Madrid. ¿Por qué ha decidido repetir? ¿Qué espera de esta nueva experiencia?
Fue una gran experiencia, no solo porque se trata de un hospital de altísimo nivel en Oftalmología, sino también por el trato que recibí allí y la calidad docente de la rotación. Mi Servicio me ha dado la oportunidad de rotar nuevamente en la Unidad de Motilidad del Clínico de Madrid ahora que se acerca el final de mi residencia, y espero aprovechar al máximo la experiencia, consolidando conceptos y profundizando en esta área, ahora con una perspectiva distinta.
El año pasado hizo una estancia en Méjico. ¿Se plantea volver a repetir experiencia fuera de España?
Mi experiencia en el Hospital de la Ceguera (APEC) fue muy enriquecedora, y sin duda creo que todas las oportunidades que uno tenga de salir y ver cómo se hacen las cosas en otros sitios son muy positivas y abren mucho la mente también a nivel profesional. Sí que me plantearía en un futuro hacer otras estancias formativas fuera de España.
¿Querría ejercer su profesión en Galicia a toda costa o está abierta a lo que surja?
Realmente no estoy cerrada a nada. Es cierto que los gallegos tiramos mucho para nuestra tierra, y además tenemos la suerte de contar con una escuela oftalmológica de muy alto nivel, por lo que, tanto en lo personal como en lo profesional, ejercer en Galicia sería una gran oportunidad.
¿En qué área le gustaría especializarse y por qué?
Todas las áreas de la Oftalmología me resultan atractivas y podría verme dedicándome a cualquiera de ellas. Me siento especialmente atraída por la Oftalmología Pediátrica y el Estrabismo, quizá por el impacto que podemos generar en un paciente que todavía tiene toda la vida por delante y porque engloba en cierta medida todas las otras ramas. Fue muy inspiradora la rotación con la doctora Rosario Gómez de Liaño, que supo transmitirme su pasión por esta especialidad.
"Me atraen especialmente la Oftalmología Pediátrica y el Estrabismo, quizá porque engloba a todas las otras ramas"
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¿Se decanta por clínica, investigación o docencia, o aspira a poder abarcar las tres?
Creo que para ser un profesional completo hay que tocar todos los palos. La clínica es el motivo por el que nos metemos en esto, pero la investigación es necesaria para poder ofrecerles a nuestros pacientes las mejores opciones terapéuticas, para elaborar protocolos basados en la evidencia científica y para estar continuamente 'autoauditándonos', que al final es la forma de mejorar. Por otro lado, la vinculación de la Medicina con la docencia considero que es indiscutible. La cantidad de profesionales que se implican en nuestra formación desde que entramos por la puerta de la facultad es innumerable. Siempre he creído que todo conocimiento lleva implícito el deber de transmitirlo, y en Santiago tengo la suerte de formar parte de un servicio con una gran tradición tanto docente como investigadora.
Con la perspectiva que le otorga el hecho de ser R4, ¿qué consejo daría a jóvenes que se estén planteando iniciar los estudios de Medicina?
Que nunca pierdan la ilusión y que nunca olviden que nos debemos a nuestros pacientes. Al final, nuestra profesión es una carrera de fondo, pero lo que nos devuelve no tiene precio.
¿Cuál es su mayor sueño profesional?
Poder alcanzar mi máximo potencial y aportar con ello mi pequeño granito de arena.
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