El Hospital de Mérida ha comenzado a aplicar la técnica 'scalp cooling' para pacientes con cáncer que están sometidos a tratamiento de quimioterapia y que consiste en un casco que enfría el cuero cabelludo y evita la caída del pelo.
El gerente del Área de Salud de Mérida, Juan Carlos Escudero, ha detallado que se ha puesto en marcha desde mediados del pasado mes de julio y que supone aplicar frío para que "la quimioterapia de algunos pacientes enfermos de cáncer no llegue al cuero cabelludo" y "por tanto, no se caiga el pelo que es una causa muy importante de frustración, sobre todo para mujeres pero tanto para hombres como mujeres", ha apuntado.
Escudero ha explicado que "no sirve para todos los pacientes" ni "para todos los tratamientos" ni "para todos los cánceres" sino "para tumores sólidos", por lo que "se excluirían casi todas las leucemias, algunos linfomas y es para aquellos tratamientos que producen caída de pelo", ha manifestado.
Además, ha indicado que "la situación de efectos que pueda tener esta técnica se circunscribe sólo y exclusivamente a la temperatura" porque hay pacientes a quienes "el frío les molesta más" pero ha afirmado que ésta "es la única sintomatología" porque el casco está entre 19 y 21 grados.
En cuanto a su funcionamiento, el responsable del Área de Salud de Mérida ha señalado que consiste en colocar este gorro frío al paciente "media hora antes de iniciar el tratamiento", se tiene puesto durante el mismo y hay que dejarlo durante "media hora o una hora después" de concluirlo.
Esto supone que "Enfermería va a tardar un poco más" con estas personas por lo que han tenido que organizar los tiempos de estos profesionales y su trabajo así como habilitar un espacio para los pacientes que usan esta técnica, ha detallado.
Escudero ha aseverado también que los pacientes están "satisfechos" con este casco frío y ha relatado la situación de una paciente con cáncer de mama y con un trabajo de cara al público que decidió aplicarse el mismo porque "decía que ella no tenía porqué dar más signos de su enfermedad más allá de lo que ella quería y que no quería darse de baja en su puesto de trabajo y que no quería dar signos de su enfermedad y de su tratamiento, y fue la primera que lo hizo", ha indicado.
"Según estudios científicos, entre el 5 y 10 por ciento de pacientes que tienen que seguir un tratamiento con quimioterapia la rechazan precisamente por la caída del pelo, entonces eso sí es ya una visión desde un punto de vista sanitario para que nosotros luchemos para que la gente se trate de forma adecuada", ha apuntado Escudero.
Finalmente, sobre el hecho de que en pocos hospitales públicos se aplica esta técnica a pesar de que su coste son unos 14.000 euros, el gerente del Área de Salud de Mérida ha considerado que "poco a poco irá poniéndose en marcha" porque también depende de los profesionales sanitarios.
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