Al respecto y dado que la enfermedad renal carece de síntomas, Tobajas ha abogado por "implementar fórmulas" cuando se presenten alteraciones en las analíticas y ha recalcado sobre el coste sanitario de la misma que, si se detecta de forma tardía, el paciente estará "abocado" a diálisis o un trasplante, que conllevan un coste anual del 2,5 por ciento de los presupuestos de un servicio de salud y, en el caso del SES, de unos 30 millones.
Hábitos de vida
"Si empezamos a cambiar nuestros hábitos de vida probablemente primero haremos un diagnóstico precoz, segundo podremos poner el tratamiento para frenar esa evolución de ese enfermo renal", ha puesto en valor para agregar también que "por supuesto" el paciente se "librará" de una dependencia a tratamientos como la diálisis y podrá tener una vida más activa.
En una rueda de prensa convocada por la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales (Alcer) con motivo del Día Mundial del Riñón, que se celebra el 9 de marzo, el director general ha puntualizado que unos 600.000 extremeños llevan una vida sedentaria, 400.000 tienen sobrepeso o más de 200.000 obesidad cuando la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo hacen que aumente la diabetes y la hipertensión.
"Eso en conjunto desarrolla enfermedades renales crónicas, entonces el sistema sanitario tiene que volcarse en un modelo preventivista", ha defendido, al tiempo que ha destacado la importancia de mejorar la alimentación y en concreto la infantil y adoptar la dieta mediterránea, así como la de fomentar el ejercicio.