Guillermo Fernández Vara, además de presidente de
Extremadura, es médico. Su condición de facultativo le ha permitido ver la
pandemia de coronavirus Covid-19 con unos matices que a otros políticos alejados del mundo sanitario les puede costar más encontrar. En esta entrevista para
Redacción Médica enmarcada en el especial
'Lecciones Covid-19', el presidente extremeño pone de manifiesto
los pasos que la sanidad española debe dar a raíz de la catástrofe que hemos padecido. Para Fernández Vara,
el futuro del SNS pasa por que el Ministerio de Sanidad recupere fuerza y las comunidades autónomas trabajen más unidas que nunca.
¿Cuáles son los aciertos y errores que considera que se han cometido durante esta crisis?
Esta crisis ha venido sin manual de instrucciones. Sin embargo, el Sistema Nacional de Salud ha respondido de la mejor forma posible. Más que errores, que los habrá habido, lo que hemos sufrido son momentos difíciles, especialmente al comienzo cuando los materiales de protección escaseaban porque los mayores fabricantes, los países asiáticos, estaban confinados y los corredores aéreos con ellos cerrados.
Ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse ya de forma preventiva en cuanto a recursos humanos, recursos materiales, y gestión/organización?
"Esta crisis ha venido sin manual de instrucciones... Hace falta dotar de más recursos al Ministerio de Sanidad"
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Efectivamente deben tomarse medidas en todos esos ámbitos, y creo que el gobierno de España y las cortes Generales ya han adoptado medidas en ese sentido. Por nuestra parte, hemos incrementado las capacidades estratégicas en material de protección, en pruebas PCR, etcétera. Además,
desde la pandemia ha habido casi 2.000 nuevas contrataciones de personal, tanto sanitario como sociosanitario, contratos que en su mayoría se van a mantener, como mínimo, hasta final de año.
Quizás deberíamos replantearnos también las capacidades y recursos del Ministerio de Sanidad. Creo sinceramente que hace falta una mayor dotación del mismo, capaz de coordinar mejor unas medidas y actuaciones que, en casos como esta pandemia, no pueden ser sino de ámbito nacional.
¿Cree que cambiará la gestión que hace Presidencia de la Consejería de Sanidad tras esta epidemia? De qué forma? ¿Considera prioritario un pacto por una mayor inversión en sanidad?
La Presidencia de la Junta de Extremadura no gestiona la Consejería de Sanidad, ni tiene sentido que lo haga. En la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales se encuentran los que más saben de esta materia en nuestra región. Desde Presidencia estaremos, como para cualquier otra Consejería, para apoyar aquellas medidas que se decidan y servir de interlocutores frente a otras instituciones públicas.
A nivel nacional puede ser ciertamente útil, como decía anteriormente, mejorar la dotación del ministerio competente en la materia. A nivel autonómico poco margen tenemos ya, toda vez que la inversión en Sanidad en Extremadura se encuentra, de forma permanente en las últimas décadas en una posición destacada al compararla con el resto de comunidades autónomas del país. Disponemos de los recursos que disponemos, y un servicio esencial como la sanidad recibe tanta inversión y capacidad de gasto como somos capaces de aportar.
¿Cree que sería oportuno un debate no sobre la centralización de la sanidad sino sobre una mejor coordinación de los servicios de salud autonómicos o, al contrario, se ha demostrado que funcionan mejor si se les deja actuar sobre el territorio que dirigen?
La pandemia nos ha enseñado que la Salud Pública no debe ser una competencia solo de las comunidades. Los virus no entienden de fronteras. Debe haber un gran organismo nacional que tenga ese papel en Salud Pública, con suficiente personal formado y recursos especializados a su disposición.
El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional ha mostrado en esta crisis una cohesión que se había echado en falta en épocas anteriores. Por tanto, es necesario que deba seguir así para que la descentralización, que ha sido buena para todas las comunidades autónoma, no afecte a esa cohesión y, sobre todo, a ese liderazgo en temas de Salud Pública que debe tener el ministerio de Sanidad.
¿Qué reflexión le merece la experiencia de haber integrado durante semanas a la sanidad pública y privada en un mismo ente de gestión y participación?
Nuestra experiencia ha sido de absoluta cooperación con la sanidad privada. Fundamentalmente hemos utilizado dos clínicas privadas de Cáceres, provincia donde la pandemia ha sido más dañina.
En todo momento, la sanidad privada se puso a disposición de la sanidad pública, ofreciendo no sólo sus instalaciones sino también su equipamiento.
¿Qué medidas específicas plantean para el sector de las residencias?
"Nuestra experiencia ha sido de absoluta colaboración con la sanidad privada"
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Hemos preparado un nuevo modelo de residencias, con una mayor representación de lo sanitario en ellas. Un modelo que se basa en cuatro puntos: un protocolo de prevención de cara a posibles brotes; definición de la cartera de servicios residenciales; una nueva gestión con mayor dimensión sanitaria; y un sistema de información coordinado entre el ámbito sanitario y sociosanitario.
Los centros residenciales se van a dividir en tres categorías, similar a las estrellas de los hoteles, centros básicos, óptimos y excelentes. Esto requerirá que sean inspeccionados y que pasen por controles periódicos para evaluar si siguen manteniendo los criterios de la categoría en que estén.
El nuevo modelo va a necesitar un buen departamento de calidad, más recursos humanos y materiales y un reforzamiento de las labores de inspección para autorizar y supervisar la apertura de centros residenciales. Sin embargo,
el objetivo principal de la Junta es trabajar para que la gente de edad no tenga que ingresar en un centro residencial y que no acabe institucionalizada. Se trata convertir los centros pequeños en servicios que se van a realizar en sus viviendas, tales como servicios de acompañamiento a la soledad, servicios de catering, etcétera. Así, el perfil de las personas que entren en los centros será el de personas convalecientes por alguna enfermedad, que necesiten rehabilitación, que necesiten cuidados médicos que puede prestar una residencia porque no es necesario su ingreso hospitalario. Será una reinvención de la gestión de los centros residenciales adaptándolos e individualizando las atenciones a cada persona y priorizando la no institucionalización de las personas de edad en las residencias, incrementando los servicios de ayuda a domicilio y de acompañamiento.
¿Cómo han llegado a controlar las zonas más rurales?
Pues gracias a que en Extremadura venimos haciendo una apuesta clara por la Atención Primaria. Dedicamos una gran parte del presupuesto para que la Atención Primaria llegue a todo el mundo rural. Con algo más de un millón de habitantes contamos con más de 110 centros de salud y más de 400 consultorios locales, por lo que su trabajo ha sido definitivo para abordar la pandemia y también lo está siendo en la nueva normalidad para subyugar cualquier brote o rebrote que se vaya produciendo.
Además de presidente de la Junta de Extremadura, usted es médico. ¿Cómo ha vivido desde su parte asistencial esta epidemia? ¿Le entraron ganas en algún momento de echar una mano a sus 'colegas'?
Cada día y en cada momento. Es difícil de explicar el sentimiento de aquellos días.
¿Qué le ha aportado su formación como médico a la hora de gestionar como presidente esta crisis sanitaria?
Me ha ayudado a entender muchas situaciones y me ha servido para dudar en otros momentos. Y dudar en ocasiones es muy bueno.
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