Autonomías > Cataluña

La solución de Bellvitge a una resistencia antibiótica única en España

Las investigadoras de Microbilogía lograron una alternativa cuando se redujeron drásticamente las opciones terapéuticas

Parte del equipo de investigadores del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario de Bellvitge


23 dic 2025. 05.30H
SE LEE EN 4 minutos
El equipo de investigadores del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario de Bellvitge ha logrado hacer historia al identificar, por primera vez en España y por segunda en Europa, el mecanismo de resistencia antibiótica DIM-1, "extremadamente infrecuente" a nivel mundial. Un hallazgo que pone de manifiesto la importancia de la genómica microbiana a la hora de frenar aquellos patógenos que anulan los antibióticos de primera línea, como las cefalosporinas y los carbapenémicos.

La detección no fue fruto del azar, sino de los protocolos estándar utilizados en este Servicio. Así, al recibir a un paciente con síntomas de infección, se inicia un tratamiento empírico que luego se ajusta tras realizar un antibiograma. Sin embargo, en este caso, el perfil de resistencia detectado en el paciente con infección por la bacteria Pseudomonas aeruginosaobligó a ir un paso más allá.

El primer paso fue aislar la cepa de P. aeruginosa a partir de una muestra de orina de este paciente que había llegado al centro tras múltiples ingresos hospitalarios y después de haber recibido varias tandas de antibióticos de amplio espectro. "Para identificar el mecanismo de resistencia, las cepas bacterianas se transfieren al laboratorio de genómica microbiana donde se realiza la secuenciación del genoma completo", explica Sara Martí, colíder de la investigación en el Institut d'Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell) y miembro de este Servicio médico.

Sirviéndose de esta tecnología, ella y su equipo fueron capaces de acceder a la información genética y localizar mediante bioinformática el gen específico que confiere la resistencia.

Un mecanismo que "rompe" los antibióticos


La peligrosidad de la beta-lactamasa DIM-1 reside en su capacidad para invalidar los fármacos más utilizados en la práctica clínica. Según Martí, este mecanismo "rompe la estructura de los antibióticos beta-lactámicos, dejándolos inactivos". El impacto es directo: se reducen drásticamente las opciones para combatir la infección, ya que estos fármacos son la primera línea de defensa por su baja toxicidad y amplio espectro. Los dos primeros casos en los que se detectó este mecanismo de resistencia, a principios de los años 2000, procedían de la India y de los Países Bajos. Desde entonces, solo se han identificado cepas resistentes de Pseudomonas en puntos dispersos del mundo, como Myanmar, China o Tanzania.

Cuando el antibiograma reveló que la cepa era resistente a casi todo, los especialistas buscaron una "brecha" en el mecanismo DIM-1 basándose en la estructura química de los fármacos. De esta manera, el equipo de microbiólogas logró resolver la infección mediante una estrategia combinada, al utilizar Aztreonam, un monobactámico que no se ve afectado por la enzima DIM-1, junto a Ertapenem para cubrir otros posibles patógenos. Martí recalca que este tratamiento pudo ajustarse gracias a un "modelo de respuesta rápida" que combina la Microbiología clásica con la genómica.

Aunque el gen blaDIM-1 se localiza en un integrón de clase 1 -un elemento de ADN móvil que puede "saltar" entre bacterias-, su expansión global es limitada. Detectado originalmente en el año 2000 en especies no patógenas, su presencia en Pseudomonas aeruginosa (la principal especie patógena) ha sido esporádica y concentrada mayoritariamente en la región asiática.

"Tiene una baja prevalencia, posiblemente porque el elemento móvil que usa para su diseminación tiene menor capacidad de transferencia", matiza la investigadora, aunque advierte que este escenario podría cambiar si el gen se integra en un vector de diseminación masiva.

Poner 'nombre' a las resistencias 


Para Martí, la secuenciación genómica es la herramienta que permite "poner nombre" a las resistencias y entender su velocidad de propagación, pero el pilar fundamental sigue siendo la detección rápida en el laboratorio de Microbiología. Este modelo de respuesta rápida es el que permite adaptar tratamientos y evitar fallos terapéuticos.

Aún así, la experta insiste en que la eficacia de los antibióticos a largo plazo no depende solo de la tecnología, sino de la conciencia social. "La responsabilidad está en manos de todos, desde los médicos que deben prescribirlos solo cuando son necesarios, hasta las personas que tienen que ser conscientes de seguir las instrucciones sobre cómo y cuándo tomarlos", explica. 
REGÍSTRATE GRATIS
PARA SEGUIR LEYENDO
¿Ya eres premium? Inicia sesión

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.