La medicación hospitalaria de dispensación ambulatoria se ha disparado un 54% entre 2008 y 2015, lo que ha provocado que en las oficinas de farmacia haya caído en un 19,5% en el mismo periodo, según datos del Servicio Catalán de la Salud.
En concreto, el gasto de la medicación hospitalaria ha pasado de 573.237.168 euros en 2008 a 882.750.815 euros en 2015, mientras que la prestación farmacéutica a través de las recetas en las boticas ha pasado de 1.698.880.138 euros a 1.367.030.000 euros en el mismo periodo.
El presidente del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña (CCFC), Jordi de Dalmases, ha atribuido esta situación a la tendencia por parte de la administración de dispensar los nuevos fármacos en el mismo hospital y no en las farmacias: "Es una secuela de la crisis que el sector aún debe superar".
"Con la crisis muchos nuevos fármacos que no tenían la necesidad de un seguimiento específico por sus características, se restringía su dispensación a los servicios hospitalarios", ha lamentado De Dalmases. Esta medida ha provocado "estancamientos y un retroceso" en el volumen económico de las farmacias, porque las novedades farmacéuticas son también las que tienen un coste mayor, pero han ido hacia los servicios hospitalarios, lo que tiene un efecto contraproducente e incomodidad para el usuario ya que se tiene que desplazar.
Pese a esta medida, De Dalmases ha agradecido el "compromiso" de la Consejería de Economía de la Generalitat puesto que está pagando la factura de los medicamentos dispensados cada mes con 25 días de retraso, lejos de los cuatro meses que se habían registrado, si bien el concierto dice que deben cobrar el día 5 de cada mes.
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