Jorge Soler ha sido nombrado coordinador nacional de Sanidad de Ciudadanos,
tal y como avanzaba este lunes Redacción Médica. Así, el diputado del
Parlamento de Cataluña y
único médico en la citada cámara de representantes, toma junto a Susana Gaspar, responsable de Sanidad en la Ejecutiva, las riendas sanitarias de la formación. Portavoz de su grupo en la
Comisión de Salud del Parlament, este médico de Familia y profesor de Medicina en la Universidad de Lérida desgrana con este medio la actualidad sanitaria más acuciante para Cataluña, donde ha vivido en primera línea las últimas polémicas del inestable mandato del consejero
Antoni Comín.
Las discrepancias sanitarias internas de Junts pel Sí son más evidentes que nunca.
Son clarísimas, sí. Y además no significan nada porque el inmovilismo en la forma de dirigir el sistema sanitario de Cataluña es absoluto.
¿No están cambiando la forma de hacer las cosas?
Comín desconoce el funcionamiento de la sanidad catalana y además se contradice él mismo. Recuerdo, por ejemplo, que cuando iba a acabar con el concierto de la Clínica del Vallés dijo que eso mejoraría la eficiencia un 12 por ciento. Al día siguiente tuvo que salir diciendo que no había un solo informe que demostrara ese dato.
Pero sigue con su afán desprivatizador.
El consejero utiliza la palabra desprivatizar erróneamente porque estamos hablando de conciertos sanitarios, no de privatizaciones.
¿Cree que pone en peligro el empleo de estos trabajadores?
Sé que estos empleados están satisfechos con el grupo privado al que pertenecen estos hospitales. Comín lo que hace es utilizar la amenaza para que se pongan en contra. Además a él solo le preocupan los médicos o las enfermeras; se olvida completamente de que también hay celadores, auxiliares, cocineros…
¿Cómo valora que ahora quieran suprimir el concierto sanitario con el General de Cataluña?
Este centro es puntero en radioterapia y hemodinámica, cuenta con la última tecnología y, por tanto, ofrece un servicio que hoy por hoy es inasumible por el resto de hospitales cercanos.
Teóricamente la Consejería quiere comprar el centro, aunque este lo ha desmentido.
Es absolutamente mentira que esa oferta de compra se haya hecho. Primero porque no tiene esos 55 millones de euros que dice que ha ofrecido; segundo, porque ese hospital tiene concertados ciertos servicios pero en la mayoría funciona de forma autónoma y privada, facturando mucho más que esa cantidad de dinero.
Pero, si hubiera una oferta en firme, ¿cómo valora esa operación?
Creo que si tuviera 55 millones, que no aparecen por ninguna parte del presupuesto, sería más interesante invertirlos en reducir listas de espera, abrir la Atención Primaria, sacar más ambulancias a la calle…
¿Cómo puede ser que un consejero de Salud diga que va a comprar un hospital y apenas unas horas después salga el grupo empresarial afectado diciendo que no hay ninguna oferta?
No es la primera vez que lo hace. Hace poco ya ofreció otros 55 millones de euros por el Hospital Juan XXIII de Tarragona, y en Viladecans prometió quince o veinte para el servicio de Urgencias. En Cataluña, los profesionales ya se preguntan a modo de broma: “¿A ver cuánto nos ofrece Comín hoy?”.
¿Cree que tener un consejero que no es sanitario ni tiene experiencia en el sector está lastrando el sistema?
Es cierto que no tiene experiencia, pero es que además no sabe encajar las críticas. Y si a eso le sumamos que sus más estrechos colaboradores tampoco son sanitarios, la cosa se complica mucho, sí.
¿Ustedes apoyan el modelo de colaboración que tantos años lleva establecido en Cataluña?
En Ciudadanos hablamos de eficiencia, de optimizar el sistema sanitario público, que es lo que interesa a la ciudadanía, no de la titularidad.
Como segunda fuerza política en Cataluña, ¿se sienten bien tratados por el Govern?
Es un Gobierno con una hoja de ruta clara: la separatista. Pero cuando valoramos cuestiones técnicas en sanidad, mis propuestas de resolución suelen ser aprobadas. Sinceramente, la independencia no se va a dar porque no hay mayoría social y el Ejecutivo tiene tres modelos sanitarios (PDC, ERC y CUP) que son antagónicos. En Cataluña no hay un proyecto sanitario, solo supervivencia.
¿Qué tres prioridades establecería si usted fuera consejero de Salud?
Primero, una reforma integral de la Atención Primaria porque tenemos un gran modelo, pero hay que adaptarlos al siglo XXI. Después me centraría en reducir las listas de espera: que las gestione el profesional, que se cree un portal de transparencia para estos datos y que haya vasos comunicantes entre hospitales; lo que no puede ser es que dos hospitales que estén al lado tengan diferentes listas para una misma prueba y no colaboren entre sí. Y, finalmente, despolitizaría el sistema sanitario, empoderando el profesional.
¿Creen en un modelo de sistemas sanitarios transferidos a las comunidades?, ¿habría que darle más poder a los organismos sanitarios centrales?
Estamos de acuerdo con la transferencia de competencias, pero sí es cierto que en materias como políticas comunitarias, salud pública, vacunas, fármacos para la hepatitis C, residencias MIR, farmacia… habría que ir más hacia un marco conjunto.
¿Qué tal la relación con sus compañeros ‘emergentes’ de Podemos?
Estamos de acuerdo en varias cosas, como la necesidad de potencias la Atención Primaria o el empoderamiento del profesional. En otras no tanto, evidentemente, pero en Comisión de Salud acabamos aprobándolo todo en contra del Gobierno y la CUP, que se abstiene. Claro que esta opción, por la forma de funcionar el Parlament, permite que aprobemos las medidas.
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