Redacción. Barcelona
Los hospitales catalanes cerrarán este verano una media de 1.883 camas, el 14,16 por ciento del total disponible actualmente y 236 menos que en 2014, cuando se dejaron inutilizadas una media de 2.119.
Lo ha explicado este jueves en la Comisión de Salud del Parlamento el director del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Josep Maria Padrosa, quien ha recordado que la actividad asistencial se reduce tradicionalmente entre julio y septiembre debido a las vacaciones.
Ha concretado que del 15 al 31 de agosto es cuando se cerrarán más camas, hasta 2.747: “Estas cifras son una previsión y si fuera necesario abrir más camas, lo haremos”, ha avanzado. En este sentido, ha puesto como ejemplo que el pasado invierno se preveían 13.000 ingresos hospitalarios y finalmente fueron 14.000, un millar más, “por lo que se activaron todos los recursos que hicieron falta ante el aumento de la demanda”.
El cierre veraniego será progresivo y arrancará la primera quincena de julio, cuando habrá 1.068 camas menos, y seguirá en la segunda quincena, cuando se clausurarán 1.718.
La primera quincena de agosto habrá 2.696 menos y en la segunda se alcanzará el techo de cierres, con 2.747 camas menos: a partir de entonces se irán reabriendo quincenalmente más camas hasta volver a la cifra actual en octubre.
Los grupos de la oposición han reclamado que el cierre de camas no repita las saturaciones en las urgencias hospitalarias que se produjeron el verano pasado, así como que se tenga un especial cuidado con los ancianos y enfermos crónicos.
También se contratarán 124 médicos, un 15 por ciento más que en el verano anterior, 102 enfermeras, un 16 por ciento más; y 67 administrativos, un 8 por ciento más, un refuerzo de personal que “se verá especialmente en los centros de la costa catalana”.