Hace pocos días que tuvo lugar el fin de la residencia de los MIR y EIR que durante los últimos años han estado realizando su especialización y formación en el Hospital Parc Taulí. Esa noche, un grupo de residentes realizó una pequeña fiesta que terminó en un auténtico desmadre que ha transcendido a los medios y que no ha sentado muy bien entre la dirección del hospital.
El evento comenzó como una tranquila despedida entre los MIR y EIR que habían estado desarrollando la residencia en el centro y acabó por desmadrarse. Algunos de los residentes parece que terminaron bebiendo algo más de la cuenta y por lo visto, otros acabaron atados en las sillas con cinta aislante, manteniendo una conducta "poco apropiada" dado el lugar en el que se encontraban.
Fuentes fidedignas han explicado a Redacción Médica que "se trata de una pequeña fiesta de despedida que se realiza cada año, pero que ahora ha sido conocida por la directiva del hospital y no ha sentado nada bien. Es más, han advertido de que si vuelve a pasar cortarán la cabeza de quien sea, no les temblará el pulso".
Tolerancia cero ante este tipo de comportamientos
La dirección del Hospital Parc Taulí ha anunciado que tiene una política de tolerancia cero ante este tipo de conductas. El centro ha rechazado totalmente la celebración de esta "fiesta de despedida" y ha hecho una llamamiento a todos los profesionales del hospital para que no se vuelva a repetir bajo ninguna circunstancia un hecho como este.
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