El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha emitido un auto en el que emplaza al Istituto Catalán de la Salud (ICS) a rebaremar a los aspirantes a las oposiciones de Enfermería de 2010, lo que podría causar que alguna de los 361 profesionales que obtuvieron plaza en aquella convocatoria la perdieran, en favor de alguno de los más de 5.000 aspirantes descartados.
Miles de enfermeros catalanes viven, por tanto, pendientes de la resolución de este proceso judicial, que se viene alargando ya más de cinco años, y que arrancó cuando 29 de los candidatos impugnaron el examen. La demanda terminó llegando al Tribunal Supremo, que dictaminó el pasado mes de junio la anulación de 10 de las 90 preguntas de la prueba por falta de rigor científico y concreción en su formulación.
Ante ese fallo, el ICS interpuso un recurso de casación, que el Supremo desestimó. Tras ello el ICS tenía dos meses para ejecutar la sentencia y una de las posibilidades que sonaban con fuerza es que solo se rebaremase a los demandantes. Sin embargo, vencido ese plazo, el auto del TSJC obligando a acatar la sentencia del Supremo es claro: establece que hay que rebaremar a la totalidad de los aspirantes, según detalla el abogado de los 29 demandantes, Andreu Sunyés.
Esto puede supone que “desafortunadamente”, algunos candidatos aprobados puedan suspender y verse despojados de su plaza, ya que la nota se debe calcular sobre las 80 preguntas válidas, sin contar los aciertos o los fallos en las 10 anuladas, según detalla Sunyés. El auto, que es recurrible, es el penúltimo capítulo en un conflicto cuya resolución “está en las manos del ICS”, según el abogado, y que influye en la vida laboral de numerosos enfermeros.
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