Gonzalo Boye, el abogado del exconseller de Salud de la Generalitat catalana, Antoni Comín, se ha mostrado especialmente optimista ante la situación a la que se va a enfrentar su defendido y el resto de dirigentes huidos al extranjero. El letrado cree que la situación no es tan mala como pudiera parecer por la reactivación de la euro orden por parte del juez del Tribunal Supremo de Justicia, Pablo Llarena. Bajo su punto de vista, “la justicia española se llevará una buena sorpresa cuando vea que Bélgica, Alemania y el Reino Unido no responden como quisiera”.
Boye ha planteado que “el juez Llarena" es su "mejor aliado, porque las cosas se están haciendo de la peor manera posible”. Además, ha sacado pecho a la hora de comentar que esta situación provocada por el magistrado se acabará convirtiendo en “la peor de sus pesadillas” cuando vea que “va a ser contrastado en al menos cuatro países” democráticos, tras lo cual ha avisado de que estos “países democráticos, ante resoluciones poco democráticas, van a tener reacción común”.
El letrado también ha confirmado que sus defendidos se presentarán ante el juez belga en el momento en que se les cite, pero que de momento no han recibido ninguna notificación al respecto.
También optimista con la situación de Puigdemont
El abogado se ha referido a la situación de Puigdemont, de la que ha aclarado que este lunes en Alemania hay una vista a partir de la cual comenzará el procedimiento “para conseguir que se le deje en libertad”. También en este sentido se ha mostrado optimista, al asegurar que “las estrategias jurídicas se miden muy bien y estamos seguros de cuál va a ser el resultado”.
En un plazo de entre 24 y 48 horas, el juez debe decidir si él o una instancia superior deja en libertad o en prisión preventiva a Puigdemont mientras se tramita la euroorden, una decisión que en todo caso no se sabrá este lunes, ha adelantado. Según Boye, este es un procedimiento más largo de lo que pudiera parecer, pero estaba ya previsto que se pudiera producir una detención, ha confirmado, de manera que la estrategia está definida.
Boye está convencido de que la justicia alemana no entenderá que hay una doble incriminación en el caso de Puigdemont. Así, en la tarea de buscar si los hechos que describe Llarena tienen traslación en el ordenamiento jurídico de un país europeo, en este caso de Alemania, la defensa está convencida de que no será así. “Más allá de los Pirineos, el planteamiento de Llarena no se sostiene”, ha zanjado.
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