Este martes se cumplen 100 días desde que Antoni Comín, exconsejero de Salud, siguió los pasos de Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, y
se marchó a Bruselas para no correr la misma suerte que algunos de sus compañeros de gobierno como Oriol Junqueras y Joaquím Forn, quienes terminaron en la cárcel. Desde entonces, y a pesar de que su papel institucional ha quedado muy diluido,
el exconsejero ha querido mantenerse en la palestra política e incluso sanitaria.
Hace pocas semanas
publicó un documento, que la Consejería no confirmo a este medio si era oficial, en el que
se hacía eco de los logros sanitarios que se habían conseguido durante su mandato. Algunas de las medidas con las que sacó pecho en el texto fueron las siguientes: la priorización de las entidades públicas y privadas sin ánimo de lucro, la recuperación de la actividad hospitalaria del Hospital Parc Taulí de Sabadell y el Hospital de Terrassa, o el Plan Nacional de Urgencias de Cataluña (Planuc).
Todas ellas, en cambio, fueron calificadas de insuficientes por parte de los trabajadores sanitarios y los sindicatos mayoritarios.
Durante su 'exilio' en Bruselas también
ha mantenido contactos con asociaciones de profesionales sanitarios, algunas de ellas con posicionamiento definido a favor del referéndum, como el sindicado
Metges de Catalunya, u otras directamente independentistas, como los miembros del colectivo
Clínic per la Democràcia. Ambas reuniones fueron
duramente criticadas por muchos profesionales sanitarios, ya que consideraron que por una parte se seguía tratando de consejero a Comín cuando ya había sido cesado, y por otra se trataba de una visita ideológica, poco productiva.
Con sueldo pero sin poder ir al trabajo
Asimismo, Comín
es el único diputado en el exilio que no ha renunciado a su acta en el parlament catalán, alegando que su voto era imprescindible para la investidura de Puigdemont. De este modo es, junto al expresident, uno de los exdiputados en Bruselas que sí
está cobrando su sueldo como parlamentario, que asciende a más de 60.000 euros brutos al año si se tienen en cuenta las
paradójicas dietas que cobra por desplazamiento.
Aunque la puntilla tuvo lugar el pasado miércoles 31 de enero por la mañana, cuando el programa que presenta Ana Rosa Quintana en Telecinco
desveló los mensajes que el expresidente le había enviado a Comín, en los que se reflejaban
las dudas y el desencanto que el proceso independentista producía en el mismísimo candidato a presidir la Generalitat. Un descuido que produjo
una brecha en el frente independentista y que puso de relieve los problemas que se viven dentro de una cúpula que aún no ha atinado a darle a Cataluña un Gobierno.
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