Redacción. Barcelona.
El consejero de Salud, Antoni Comín, se ha estrenado en un pleno del Parlamento haciendo frente a la polémica de los datos clínicos. El titular de la cartera de sanidad ha explicado que estos no se venderán a centros de investigación privados, en relación al proyecto de ‘big data’ Visc+, cuya puesta en marcha desde junio de 2015 ha generado controversia.
Antoni Comín, consejero de Salud.
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La semana pasada, la Agencia de calidad y evaluación sanitarias (Aquas) hacía público que desde junio del pasado año había estado enviando datos clínicos anonimizados a más de una decena de centros de investigación públicos de la comunidad a través del programa Visc+. Una noticia que tuvo polémica pues teóricamente no iba a empezar a funcionar hasta que no se celebrara una sesión informativa con todos los agentes, después de que el Parlamento hubiera frenado su desarrollo en 2014 ante la propuesta de sacar a concurso su administración.
Comín ha explicado que Aquas cambió el proyecto para que este se ciñera a una gestión exclusivamente pública y que los datos fueran aprovechados únicamente por centros también públicos, evitando así que hubiera quien se lucrara con estos. Además, ha considerado que frenarlo significaría también frenar la investigación.