Antoni Comín, exconsejero de Salud de la Generalitat de Cataluña, tenía previsto un
protocolo de actuación en caso de que la Guardia Civil registrase su despacho. Las instrucciones que debía seguir en este supuesto habían sido remitidas por el Gobierno catalán a todos los altos cargos.
El documento, desvelado por
El Confidencial, era un mail que explicaba a los funcionarios que
en ningún momento debían dejar solos a los miembros de la policía mientras realizaban los registros y las inspecciones. Concretamente, el protocolo establecía que: “Deben estar presentes durante la práctica de la diligencia y acompañar a los miembros de la Policía judicial que ejecuten el registro en todo momento”.
El protocolo de actuación fue enviado dos meses antes de que se llevase a cabo la votación del referéndum independentista. Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, quiso poner en alerta a sus consejeros y establecer las líneas que debían seguir si tras el
1-O el Estado decidía actuar contra la cámara catalana.
Lo cierto es que tanto Antoni Comín como el resto de exconsejeros en el ‘exilio’
no llegaron a aplicar las actuaciones previstas en el protocolo, ya que se marcharon antes de que comenzaran los registros policiales y los ceses de los cargos.
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