El consejero de Salud, Antoni Comín, ha comparecido este jueves en la Comisión de esta área en el Parlamento para dar explicaciones sobre la gestión de la alerta por enterovirus, del que se han detectado 60 casos en menores.
La polémica llegó después de que el departamento de salud catalán conociera que había un brote incipiente de esta patología el pasado día 6 de mayo y esperara hasta el 19 para dar una primera rueda de prensa. En este sentido, Comín ha justificado la actuación de su área afirmando que hubiera sido “irresponsable” comunicarlo “sin tener todos los datos, por ejemplo, el tipo de enterovirus al que nos enfrentábamos”. “Sobre esto había consenso total”, ha matizado.
El responsable sanitario ha señalado que el día 6, cuando se estableció la alarma, los hospitales ya tenían un protocolo de actuación: “Se han hecho cuatro distintos, el último del día 23, y cada uno se ha complementado con la información recopilada”. Sin embargo, estos protocolos no llegaron adaptados a Atención Primaria hasta el día 13 ya que, a juicio de Comín, era entonces “cuando teníamos la información científica precisa para estos pediatras”. Una demora sobre la que ha añadido que “la medicina responde ante las certezas”, así como que “la ciencia y la prisa son enemigas”.
Comín ha explicado que el día de la alerta “el laboratorio del Hospital Vall d’Hebrón se puso a trabajar 24 horas” y que en este mismo organismo se diseñó “una técnica de detección más rápida”. Asimismo, el consejero ha comentado que se ha puesto en marcha “un registro de casos actualizado diariamente, más mecanismos de vigilancia epidemiológica y refuerzos asistenciales en aquellos centros con previsión de recibir menores con esta patología”.
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