El director del Servicio Catalán de Salud (CatSalut),
David Elvira, ha reconocido que Cataluña no mira a España
sino a Reino Unido como ejemplo de modelo sanitario. Fuentes de la Consejería dirigida por
Antoni Comín explican a Redacción Médica que este interés se basa en cuatro puntos clave. Por un lado, “la lucha contra la desigualdad
reforzando la Atención Primaria y Comunitaria”; “la implicación y la participación
efectiva de los sanitarios en la planificación y puesta en marcha, así como en la mejora de los servicios”; la puesta en marcha “de una
Agencia de Salud Pública” en la región; y una “
mayor participación de la ciudadanía en el funcionamiento del sistema sanitario”.
Si analizamos el sistema sanitario británico, conocido como Servicio Nacional de Salud (NHS, sus siglas en inglés), este empodera en gran medida al médico de Atención Primaria, el llamado
general practitioner (GP). Esto se debe a que
no solo mantiene responsabilidad sobre servicios sanitarios sino sobre otras cuestiones como su rúbrica para tener el carnet de conducir, el certificado para abrir una cuenta corriente, acceder a una hipoteca… Lo que le sitúa en un punto clave del día a día de los ciudadanos. El propio Elvira ha explicado que quiere que este
“prescriba servicios sociales”, en esa idea de “romper las paredes para contactar con lo social”.
Según un estudio de la
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), “el punto fuerte de la AP en el Reino Unido es que la
composición de los centros de salud no está determinada por el Estado sino que los médicos se asocian entre ellos y forman su equipo”. Un ejercicio que no tiene que ver con el nepotismo sino que logra adaptarse mejor “a las necesidades poblacionales”. El presupuesto otorgado la gestionan directamente los profesionales sanitarios, que les es concedido en función del número de pacientes o la presencia de crónicos, entre otros factores. Por otro lado, desde 2004 se les puede aplicar un ‘extra’ por lograr objetivos de salud.
La
libertad de elección del paciente es otro de los puntos a estudiar del modelo inglés: el ciudadano puede elegir médico de cabecera, especialista y hospital, si bien el citado análisis reconoce que distintos condicionantes pragmáticos hacen que los pacientes acaben eligiendo, por ejemplo, su centro más cercano. En un sistema donde la historia clínica en papel es “prácticamente inexistente”, el profesional tiene diferente jornada laboral y retribución por ella. El
horario habitual de trabajo es de 8:00 a 18:30 horas, con un
salario que oscila (según datos de Semergen) entre los
59.000 y 141.000 euros
anuales.
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