Martín Eusebio Barra López, diputado de Ciudadanos en la Comisión de Salud del Parlamento de Cataluña, lleva en el Parlamento catalán desde 2015, tras pasar 13 años en el Instituto Catalán de Salud, y ha vivido de cerca como su comunidad ha gestionado la crisis sanitaria del Covid-19.
¿Qué medidas considera que fueron más acertadas ante la primera ola del Covid-19?
Al principio
hubo más errores que aciertos. Hay que reconocer que nos enfrentamos a una situación sin precedentes. Este nuevo virus se propagó a una velocidad que ha provocado una crisis mundial en pocas fechas y la verdad es que tampoco teníamos ni medias terapéuticas que nos permitieran enfrentarnos a él con un mínimo de eficacia.
Lo más destacable sería
el grado de concienciación de la sociedad, tanto durante el confinamiento del primer estado de alarma como ahora, con las restricciones que ha habido ante esta segunda ola. Esa es una de las cuestiones que nos ha permitido salir un poquito adelante, o al menos no tener unas consecuencias tan graves.
Otra cuestión, sin duda, es
la entrega de los profesionales, quienes incluso sin tener una protección adecuada estaban ahí enfrentándose al virus, poniendo en riesgo su propia salud y, por desgracia, en algunos casos su propia vida.
¿Y en Cataluña?
Al principio
se nos caía la cara de vergüenza oír a la portavoz del Gobierno y consejera de Presidencia decir que de haber sido un estado independiente hubiera habido menos muertos. O pocas semanas después al conseller de Interior de aquel entonces diciendo que era una falta de respeto que no se había tocado tal cantidad de mascarillas en un reparto proporcional.
Además, a nivel autonómico, con la primera centralización de la gestión de la pandemia empezaron a saltarles todos los nervios que luego han demostrado cuando la gestión ya ha pasado a las comunidades autónomas.
Sobre todo en Cataluña, la obsesión identitaria del gobierno local les está llevando a menospreciar cualquier cosa que venga de Madrid antes que ponerse a trabajar para solucionar los problemas.
El descontrol ha sido tremendo, hay que recordar que, durante dos meses, en plena pandemia, no teníamos secretario de Salud Pública. Han primado más escenas identitarias antes que atender a la población.
¿Cuáles fueron los mayores errores ante la primera ola, visto con perspectiva?
Uno de los errores más lamentables fue el
dejar a nuestros profesionales desatendidos ante esta situación
"La desatención a los sanitarios es algo que no tendría que volver a ocurrir jamás"
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y no podíamos decir que no estábamos avisados. Teníamos el caso de Italia. Estaba ahí al lado, había ocurrido pocas semanas antes. La desatención a los sanitarios
es algo que no tendría que volver a ocurrir jamás. Que salgamos en las estadísticas como el país con más sanitarios afectados, eso es una cosa terrible.
Luego otro error flagrante creo que ha sido
la descoordinación, no solamente entre el Gobierno central y las autonomías, sino dentro también de las autonomías.
En Cataluña hemos visto a la consellera de Salud ir un día a la comarca de Sarrià a decir que estaba todo controlado y al día siguiente confinar la comarca. Esa descoordinación, esa información sesgada que recibíamos creo que también es uno de los graves errores iniciales y que, por desgracia, se siguen cometiendo.
Además, se están dando informaciones que no facilitan que se sigan las instrucciones.
Yo creo que hasta los que estamos más al día si nos preguntan sobre exactamente cuáles son las reglas en este momento tendríamos alguna duda. Así tampoco se favorece que se cumplan.
¿Qué cree que ha hecho que España se enfrente a una segunda ola de esta naturaleza?
El sistema sanitario lo teníamos muy desatendido después de los recortes de la crisis económica anterior de 2008, y muy especialmente en Cataluña. Según la Federación de Entidades en Defensa de la Sanidad Pública, en 2009 el sistema sanitario catalán lo calificaban como el quinto mejor de los 17. Mientras que en 2019 estábamos el 14.
La llegada del Covid lo puso en evidencia y la pena es que no aprendimos. Hubo pocos meses, pero durante el verano hubo un cierto alivio donde se podía haber puesto algún remedio.
Se reaccionó muy mal, podíamos haber aprovechado para fortalecer algunas de las líneas importantes del sistema sanitario.
Por ejemplo, aquí nos hemos encontrado con que
ha llegado la segunda ola y todavía tenemos centros de atención primaria que no están trabajando al 100 por ciento. Tenemos consultorios locales que siguen cerrados desde marzo. Si la atención primaria no la tienes realmente potente para poder frenar la primera consulta del paciente o detectar a los pacientes, pues realmente no puedes esperar que la segunda ola no te pille.
Otro de los graves defectos es
el rastreo y el control de casos. Según el Instituto de Salud solo detectamos 4 de cada 10 casos. No se ha reforzado el sistema de rastreo durante los meses de verano, cuando se podría haber previsto. En Cataluña se llegó a desechar la ayuda del ejército.
No se aportó al sistema todo lo que se podía haber aportado para que cuando llegara la segunda ola estuviera en mejores condiciones de enfrentarse a ella.
Ahora los profesionales tienen materiales, pero están agotados. Lo han pasado muy mal, tremendamente mal, y les seguimos exigiendo un esfuerzo suplementario sin que se vea respaldado por parte de la administración.
¿Qué medidas se deberían tomar para frenar la pandemia en nuestro país?
Lo primero sería
coordinación, tanto del Ministerio de Sanidad con las CCAA como dentro de las comunidades, como dentro el propio Gobierno central. Nos falta un diálogo sincero y una colaboración leal entre todos, para a partir de ahí poder hacer unas medidas más consensuadas y eficaces.
"Nos falta un diálogo sincero y una colaboración leal entre todos"
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Después el tema de los rastreadores me parece un tema básico.
Si no conseguimos localizar a nada más que a 4 de 10 infectados difícilmente vamos a poder parar esta pandemia. No deberíamos relajarnos, con la llegada de la vacuna nos esta pasando como cuando la llegada del verano iba a mitigar la pandemia debido al calor.
¿Confía en la vacuna como solución a la situación creada por este coronavirus?
Sin duda la vacuna va a ayudar muchísimo. Esto ha pasado con todas las enfermedades infecciosas. Además, estás vacunas van a ser muy efectivas según los datos que conocemos y conforme vayamos utilizándolas iremos aprendiendo más. Sin embargo, no debemos relajarnos hasta que haya un grado alto de población vacunada.
La vacuna será un importante freno para el avance del virus, pero no será la desaparición de este y entonces tenemos que haber aprendido de esta lección que no podemos dejar el sistema sanitario tan desatendido como lo teníamos, con tan pocos recursos y unos profesionales con una estabilidad laboral tan precaria.
Las deficiencias del SNS ya eran conocidas, pero espero que hayamos aprendido de estas lecciones y ahora que tenemos la oportunidad de los fondos europeos se puedan aprovechar para reforzar el sistema sanitario. Solo con la vacuna no será suficiente.
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