Tras la masiva manifestación convocada el domingo por Societat Civil Catalana (SCC), esta entidad espera que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, reconsidere los planes por los cuales este martes por la tarde podría proclamar la independencia. Álex Ramos, médico especialista en Salud Púbica y vicepresidente de SCC, cree que el "millón de personas" que salieron a la calle prueban que la independencia fracturaría en dos a la ciudadanía catalana y pide "reconducir" la situación. En conversación con Redacción Médica, Ramos se muestra especialmente crítico con el papel del consejero de Salud, Antoni Comín, a quien ha visto más preocupado por el Procés que por la sanidad a lo largo de estos últimos 18 meses.
¿Qué cree que va a suceder este martes por la tarde en el Parlament? ¿Declarará Puigdemont la independencia?
Hay muchas dudas por todas partes. Incluso en el sector independentista les están pidiendo que reconsideren una decisión muy grave y que puede obligar a al Estado a actuar. Las fuerzas independentistas perdieron el plebiscito, tal y como reconoció Antonio Baños, de la CUP, y el referéndum ni siquiera estaba en el programa electoral de JxSí. Están haciendo una revolución desde el poder. Eso no es una revolución de los oprimidos, sino un proceso extraño, insolidario y egoísta.
¿Cree que la masiva manifestación del domingo contribuye a que Puigdemont recapacite?
Será un ingrediente más. A un dirigente político que está ante una disyuntiva histórica así, que le puede repercutir a él personalmente, pero también a toda la ciudadanía de Cataluña, tener un millón de personas que le dicen que recupere la sensatez, le muestra que está delante de un precipicio. Tiene que ver si quieren saltar –o les empujan– o si es mejor reconducir la situación. A nosotros nos gustaría que eso no se produjera. Lo que toca es decir sensatez, pluralismo, solidaridad, convivencia y respeto a las instituciones que nos hemos dado entre todos, de manera consensuada, con consensos mucho más amplios que los de este Proceso. Si toman la decisión de saltar será un grave error histórico y lo que conseguirán es dividir definitivamente esta sociedad en dos. Eso también sería reconducible, porque el Estado lo reconduciría, pero sería preferible no hacerlo.
Como médico, ¿cómo considera la actuación del consejero de Salud, Antoni Comín, en este año y medio que lleva en el cargo?
El conseller Comín ha venido a hacer una tarea política. El vicepresidente Junqueras le encargó colaborar en la hoja de ruta, para la cual se dieron 18 meses. No es una persona del ámbito de la sanidad, con una experiencia suficiente. Ha venido a hacer política independentista en la Consejería con el mayor presupuesto, cercano al 40 por ciento. Yo encuentro un poco frívolo ocupar las consejerías de esta manera. Es un convencido del Procés que ha ocupado esta cartera como podría haber ocupado Agricultura, Enseñanza u otra que se hubieran inventado. Lo que interesaba es que hiciera su trabajo para el Procés y los profesionales se dan cuenta de que no es una persona que vela por sus intereses.
En este contexto, ¿cree que inflar la contabilización de heridos el 1-O forma parte de esta ayuda al 'Procés'?
Aquello del 1-O no tendría que haber sucedido. Fue muy lamentable. Se tenía que haber actuado sobre quienes incumplían la ley, que eran los mandos políticos. No tengo datos para decir que la contabilidad de heridos estuviera inflada. Eso es más bien un trabajo periodístico o de la justicia –habría que analizar casi uno por uno quién acudió a la sanidad o para qué–, aunque sí es posible que se hubiera debido hablar de “atendidos” en lugar de “heridos”. Pero todo es parcial aquí. Hay un efecto contagio cuando hay un consejero que es radical en defensa de la independencia e interesaban cifras altas. Como aquí hay una guerra de propaganda, todo puede ser susceptible de ser utilizado.
¿Incluso la sanidad?
¡Claro! No tengo pruebas, pero en esta contienda de redes sociales, medios y propaganda, todo puede ponerse en entredicho. No hago una afirmación categórica, pero estamos hablando de información y propaganda y hay un conseller que está más preocupado por el Procés independentista que por la salud de los ciudadanos de Cataluña. En un contexto de recortes sociales y con los escándalos de clientelismo y del 3%, muchos ligados a la sanidad, los mismos socios de Gobierno -PDeCat y ERC- cambiaron radicalmente de política sanitaria, poniendo a una persona de la órbita de Esquerra. Los sectores más conservadores de la sanidad quedaron un poco estupefactos con la nueva línea. Pero no ha habido políticas efectivas, sino mucho humo. Se trata de un posicionamiento frívolo para parecer que estás por la sanidad y los derechos sociales, cuando lo que te interesa es contentar a algunos sectores de izquierda para intentar atraerlos hacia el independentismo. Sin embargo, se mantienen los recortes porque no hay dinero para hacer política sanitaria. Seguimos con los mismos salarios, las mismas camas… y están hablando de independencia, independencia, independencia.
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