La
Unidad de Arritmias y Electrofisiología Cardíaca del servicio de Cardiología del
Complejo Hospitalario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), ha implantado desde octubre de 2013 un total de 63
desfibriladores subcutáneos para tratar arritmias cardíacas graves, convirtiéndose en el centro sanitario con mayor experiencia nacional en estos dispositivos.
La Unidad de Arritmias del Complejo Hospitalario de Toledo fue el primer centro sanitario público de España en el que se implantó un desfibrilador subcutáneo para
prevenir la muerte súbita de pacientes con diversas cardiopatías y desde entonces se ha convertido en un centro sanitario de referencia para el implante y seguimiento de pacientes con estos dispositivos.
Miguel Angel Arias, responsable de la Unidad de Arritmias del centro toledano, explica que “nuestra experiencia muestra unos resultados excelentes en cuanto a eficacia y seguridad de estos nuevos dispositivos para evitar la muerte súbita. De hecho, los resultados clínicos indican que las mejoras tecnológicas, de implante y programación, junto a la selección adecuada de pacientes han permitido obtener unos magníficos resultados, especialmente por la ausencia de complicaciones de ningún tipo en el seguimiento”.
Resultados clínicos publicados y premiados
Estos resultados clínicos de la experiencia en el Hospital de Toledo se acaban de publicar en
Revista Española de Cardiología, revista internacional de elevado factor de impacto, y fue premiado en el congreso nacional de la subespecialidad, celebrado en Madrid.
Arias indica que los desfibriladores cardíacos son
dispositivos de alta tecnología que continuamente vigilan el ritmo del corazón. En el caso de que se produzca una de estas arritmias graves, son capaces de identificarla y eliminarla, consiguiendo recuperar el ritmo normal del corazón.
Anteriormente, explica Arias, “los d
esfibriladores convencionales, que llevan un generador de energía eléctrica, se colocaban bajo la piel, por debajo de la clavícula. Para ello, había que realizar un acceso vascular para avanzar un cable que se ancla al corazón y permite registrar el ritmo cardiaco. Sin embargo, el nuevo dispositivo, que tiene un funcionamiento similar, se coloca de forma totalmente subcutánea, de modo que no es necesario acceder al sistema vascular para llegar hasta el corazón”.
Los nuevos dispositivos implantados en la Unidad cuentan con un sistema de seguimiento remoto que permite agilizar el control del dispositivo y reduce la necesidad de traslados al centro
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Para Miguel Angel Arias, esta característica aporta
importantes ventajas, especialmente en aquellos pacientes en los que, por distintas circunstancias, no es posible el acceso de cables hasta el corazón. Por ello, el nuevo dispositivo se ha convertido en la mejor solución para tratar a este tipo de pacientes.
Menos complicaciones
Además, al no acceder al corazón, se evitan
complicaciones que pueden surgir tanto durante la intervención como a lo largo del seguimiento de estos pacientes. Entre ellas, las derivadas de que se mueva el cable del lugar del corazón donde se fijó mecánicamente, o las relacionadas con problemas vasculares o infecciones que, por conectar con el corazón, pueden poner en peligro la vida de los pacientes.
Asimismo, los nuevos dispositivos implantados en la Unidad de Arritmias cuentan con un
sistema de seguimiento remoto, lo que permite agilizar el control del dispositivo y reduce la necesidad de traslados al centro para realizar los seguimientos.
Los datos son incluidos en un
programa de monitorización a distancia, en el que un pequeño transmisor que el paciente se lleva a su casa permite enviar de forma continua la información por vía telefónica hasta el centro, donde el personal de la Unidad de Arritmias la revisa y evalúa.
El dispositivo de "
telemedicina" envía la información mediante conexiones automáticas o voluntarias que puede realizar el propio paciente, lo que le aporta un alto nivel de seguridad tanto para el paciente como a su entorno.
Predisposición genética
Según Arias, “cada vez se identifica mejor a los pacientes que tienen alto riesgo de muerte súbita. Son pacientes que o bien tienen una alteración en la estructura cardiaca, por ejemplo por infartos previos, o bien tienen una predisposición genética. En los que no se puede prevenir que la
fibrilación ventricular se desencadene, el mejor tratamiento posible es que el desfibrilador implantable genere un choque eléctrico que restaure inmediatamente el ritmo normal del corazón”.
La Unidad de Arritmias y Electrofisiología Cardíaca del Complejo Hospitalario de Toledo constituye una unidad de referencia regional para el tratamiento integral de los problemas del ritmo cardíaco. Además, realiza una importante actividad de investigación clínica, tanto mediante proyectos propios como en colaboración con centros nacionales e internacionales.
Está integrada en el servicio de Cardiología y junto a Miguel Angel Arias, conforman el equipo los doctores Alberto Puchol,
Marta Pachón y
Finn Akerström, junto a un equipo de profesionales de Enfermería.
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