Los premios
ESO Angels reconocen la buena gestión de aquellos hospitales que han monitorizado y proporcionado datos que ayudarán a la investigación e identificación de puntos de mejora en el
tratamiento de los pacientes con ictus.
Para hacerse con este galardón, las unidades de ictus de los hospitales deben cumplir unos
criterios de calidad en la aplicación de los tratamientos, la valoración y asistencia de los pacientes y el tiempo de actuación. Por ejemplo, se valora lo que tarda el paciente desde que llega al centro hasta que se procede a la realización de un
TAC cerebral, o el tiempo que va desde que se le hace esa prueba hasta que se
aplica la fibrinólisis. La tasa de aplicación de
tratamientos tromboembólicos, así como la valoración de la disfagia (dificultad para tragar), entre otros síntomas, son otras cuestiones que se tienen en cuenta para entregar esos premios.
Cada treinta minutos un paciente con ictus que podría ser salvado
muere o queda discapacitado de manera permanente. Por eso, la Iniciativa Angels es una c
omunidad global de centros de ictus y hospitales de referencia, que trabajan para aumentar el número de pacientes tratados en centros de referencia y para optimizar la calidad asistencial, mediante un proceso de consultoría en el que se realiza un acompañamiento y asesoramiento a los profesionales sanitarios.
Los retos de Castilla y León en el tratamiento del ictus
El ictus es la
primera causa de discapacidad, y la primera de muerte en mujeres (segunda en hombres).
Castilla y León tiene, además de los
retos que implica ya de por sí esta patología tiempo-dependiente, dos adicionales: la
dispersión geográfica y la
población cada vez más envejecida.
Es una patología que ha de
abordarse de manera multidisciplinar, lo cual aumenta la probabilidad de que uno de los eslabones de la cadena falle, y, por tanto, el pronóstico del paciente. Ayuda poco, también, que por parte de la población se desconozca cómo identificarla, de modo que muchos pacientes llegan al hospital
demasiado tarde.
El galardón obtenido por los
hospitales de Burgos, León y Salamanca (los dos primeros ya obtuvieron otro en 2018) es una iniciativa que tiene como objetivo principal
mejorar la asistencia del paciente con ictus en todo su recorrido asistencial, tanto en el ámbito extrahospitalario como en el hospitalario. Este proceso implica a todos los profesionales del equipo multidisciplinar que los atiende, desde los médicos de las distintas especialidades (neurólogos, radiólogos...) hasta enfermería especializada, auxiliares o técnicos, por lo que se trata de un
premio a la unidad en su conjunto, que reconoce la labor de todos los profesionales implicados en el abordaje del ictus.
Además del premio, los profesionales e instituciones participantes en la comunidad Angels recibirán apoyo para convocar y conectarse, identificar buenas prácticas y
compartir un aprendizaje que les ayudará a implementar y acelerar las mejoras para los pacientes. Los premios también son otra plataforma con la que la
Organización Europea del Ictus (ESO) reconoce la excelencia en la atención del ictus y ensalza a los equipos y organizaciones que vayan más allá de lo esperado en los cuidados de sus pacientes.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.