Redacción. Valladolid
Los centros adscritos a la Gerencia Regional de Salud (Sacyl) registraron el año pasado un total de 375 incidentes entre profesionales y pacientes o familiares, cifra un 4 por ciento más alta que la acumulada en 2013, que alcanzó los 360. El número de trabajadores agredidos es, sin embargo, prácticamente el mismo, al pasar de 432 en 2013 a 435 el año pasado, según se ha dado a conocer este miércoles en la primera reunión de la Sección de Agresiones al personal de centros sanitarios, que forma parte del Observatorio de la Comunidad de Castilla y León creado el año pasado.
Según informa la Junta, el ligero aumento de los incidentes en los centros sanitarios el año pasado se debe sobre todo al incremento registrado en Atención Primaria, donde se pasa de 142 a 166. Sin embargo, se reducen los incidentes en los hospitales, concretamente de 217 a 203. El resto fueron dos en las gerencias de área y cuatro en el servicio de emergencias.
Los datos se han presentado durante la tercera reunión celebrada por el Observatorio Único de Castilla y León, en la sección de agresiones, durante un encuentro presidido por la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, en el que ha estado acompañada por el titular de Sanidad, Antonio Sáez Aguado.
A pesar de este incremento general, el número de profesionales agredidos prácticamente no varía, ya que en 2013 se presentaron 432 y en 2014 un total de 435. En su conjunto, 165 fueron facultativos, 146 personal de enfermería, 73 técnicos auxiliares de enfermería, 14 celadores y 31 personas clasificadas como otro personal (odontólogos, fisioterapeutas, psicólogos, etcétera).
Otro dato del registro revela que 360 de los agredidos fueron mujeres y sólo 75 hombres. Del análisis de la plantilla total de Sacyl se deduce además que el año pasado fueron agredidos el 0,83 por ciento de los hombres y el 1,32 por ciento de las mujeres, cifras muy similares a las de 2013.
La mayoría de las agresiones (63 por ciento del total) fueron verbales y el 21 por ciento psicológicas. El 16 por ciento restante fueron físicas -un total de 97, una menos que el año pasado-. Un 51 por ciento de ellas tuvieron como consecuencia algún tipo de lesión, aunque sólo un 6 por ciento supuso incapacidad temporal.