Estamos concluyendo 2020, el Año internacional de las Enfermeras y Matronas, declarado así por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dar visibilidad a la gran aportación a la salud de las personas de las Enfermeras y Matronas, a través de su trabajo en el ámbito asistencial, en la investigación, la educación para la salud, la gestión y la docencia. Las centenares de actividades programadas en todo el mundo y en Castilla y León se han visto canceladas por la pandemia, pero el virus se ha encargado de poner en valor el enorme, imprescindible y valioso trabajo de los profesionales de Enfermería.
Desde el Consejo Autonómico de Enfermería de Castilla y León hacemos balance de la situación para aprender lecciones y mirar hacia delante. Sobre la gestión de la pandemia, hemos visto como desde las Administraciones se minimizó el impacto de la pandemia y se retrasó la puesta en marcha de medidas para hacerla frente, lo que derivó en la falta de EPIs, la descoordinación y la improvisación, además de las consecuencias sanitarias, sociales y económicas que todos conocemos.
En las residencias de personas mayores, donde se encuentra la población más vulnerable, el modelo de gobierno de Castilla y León donde las Dependencias de Sanidad y Servicios sociales son independientes, creó un problema aún mayor de descoordinación y de problemas de acceso a los servicios de salud, además de inequidades entre profesionales de Enfermería.
Seguimos solicitando la retirada del Decreto 2/2020, de 12 de noviembre, “por el que se regulan las prestaciones personales obligatorias sobre los recursos humanos en el ámbito del Sistema de Salud de Castilla y León”, que atenta contra la profesión enfermera, en particular, y todos los profesionales sanitarios en general, que desde hace meses trabajan en primera línea para hacer frente a la pandemia y cuidar la salud de los castellanos y leoneses.
Desde el Consejo queremos recordar que siguen pendientes los grandes objetivos que permitan avanzar incorporando a las Enfermeras en la toma de decisiones y la política sanitaria:
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Siguen usándose denominaciones obsoletas que datan de 1977 como ATS (Asistentes Técnicos Sanitario), cuando las Enfermeras están en la Universidad desde ese año y son Graduadas y Doctoras desde 2008.
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La Administración sigue sin cumplir la Directiva europea del año 2013, de cualificaciones profesionales, y se rige por normas de 1985 que impiden a las Graduadas en Enfermería ocupar los máximos cargos como direcciones generales, en igualdad de condiciones que otras profesiones, y conforme a ese desarrollo profesional alcanzado.
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Invisibilidad: hay desconocimiento, incluso por los propios profesionales médicos y enfermeros, de que algunas de las mejores prácticas e innovaciones que incluyen la visión de la Enfermería, como la gestión enfermera de la demanda en Atención Primaria, han reducido hasta un 30 por ciento la presión asistencial en comunidades como Cataluña donde lleva 10 años implantada. En Castilla y León falta su consolidación.
Campaña de vacunación
Desde el Consejo de Enfermería de Castilla y León queremos reafirmar nuestra voluntad de apoyo a todas las administraciones y disposición a colaborar para contribuir a la resolución de esta crisis sanitaria que no podrá resolverse sin contar con la colaboración y complicidad del personal de Enfermería, especialmente de cara a la campaña de vacunación contra la Covid-19.
La enfermera es el profesional sanitario que realiza la vacunación y el registro de la misma en la historia clínica del paciente, garantizando la trazabilidad, el control y el seguimiento. Por tanto para que tenga éxito, la campaña de vacunación debe garantizar la presencia de Enfermeras tanto en la planificación como la ejecución, así lo han pedido desde el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) para asegurar “una distribución y administración equitativa y eficaz de las vacunas.
Retos, Nursing Now
Por otra parte, para abordar los problemas de salud del futuro y garantizar la sostenibilidad del sistema es imprescindible que desde las Administraciones se impulse la Educación para la salud, donde la Enfermería tiene las competencias atribuidas. Las enfermeras están en una posición privilegiada para empoderar a las personas en el cuidado y mejora de su salud.
De cara a 2021 y lo que queda de Legislatura, el Consejo de Colegios Profesionales de Enfermería de Castilla y León recuerda los 11 objetivos que se han consensuado en la Comunidad con representantes y enfermeras líderes de la profesión y que se presentaron a la Consejería de Sanidad:
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Empoderamiento de las enfermeras innovadoras y su formación y promoción en puestos de responsabilidad en gestión.
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Promover Enfermeras en puestos de toma decisiones.
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Adaptar la Atención Primaria (AP) a las necesidades actuales potenciando la autonomía de los profesionales enfermeros a través de la figura de la Enfermera gestora de la demanda en Atención Primaria y la Enfermera domiciliaria.
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Impulso y potenciación del modelo de atención al paciente crónico, basado en la Estrategia de Castilla y León.
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Organizar los hospitales por necesidades de cuidados del paciente, sobre todo en el caso de los pacientes crónicos.
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Impulsar a la enfermera en el entorno docente a nivel universitario en la formación de los nuevos profesionales.
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Integrar a los profesionales enfermeros en los centros educativos como promotoras de salud y estilos de vida saludables, entendiendo la educación para la salud como parte del proyecto educativo.
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Potenciar las especialidades de Enfermería.
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Incentivar la excelencia profesional.
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Poner en valor la Enfermería en competencias avanzadas y desarrollarla en función de las necesidades de los puestos de trabajo.
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Potenciar la Investigación de la profesión Enfermera
Lograr estos objetivos requieren un enorme esfuerzo, determinación, trabajo y liderazgo de la profesión. Por todo ello, tenemos una tarea muy importante por delante y sin tiempo que perder.
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