La labor de los
gerentes de los servicios de salud es fundamental para organizar las estrategias y planificar las decisiones que pongan en marcha el engranaje sanitario de las comunidades autónomas y responder adecuadamente a los retos que plantea la
pandemia del Covid-19.
Manuel Mitadiel, gerente del Sacyl, especialista en Dirección y Organización de Hospitales, une su perspectiva a
'Lecciones del Covid-19', el documento impulsado por
Redacción Médica con recomendaciones de las principales voces del sector para reformular el Sistema Nacional de Salud.
¿Qué medidas considera que fueron más acertadas ante la primera ola ante el Covid-19?
En nuestra Comunidad autónoma, los planes de contingencia que pusimos en marcha nos permitieron la reconversión de nuestro modelo asistencial para acometer la emergencia sanitaria por el Covid-19 y su evolución, así como el establecimiento, desde el inicio, de un sistema de información fiable para tomar decisiones, con lo que logramos una actualización diaria y rigurosa mediante la obtención de datos robustos, coherentes y representativos que, además, nos permitieron combatir la desinformación y la incertidumbre.
Todo ello fruto de contar con profesionales que atesoran una excelente capacitación y que, en el ámbito asistencial y en el de la Salud Pública, muestran su absoluta entrega al trabajo colaborativo y su enorme compromiso con la salud de los castellanos y leoneses.
¿Cuáles fueron los mayores errores ante la primera ola, visto con perspectiva?
El contexto de hoy es diferente a aquel tsunami que todos sufrimos. En gran medida, los errores fueron producto de la ausencia de medios diagnósticos y del limitadísimo conocimiento que se tenía de los contagios y de la enfermedad en sí. En nuestro caso, ahora pensamos que podíamos haber aprovechado de manera más eficiente los recursos humanos disponibles, dado que nuestra recomendación, en algunos casos, fue la de no utilizar a aquellos profesionales que no estaban directamente implicados en la atención a pacientes afectados de Covid-19
¿Qué cree que ha hecho que España se enfrente a una tercera ola como en la que estamos inmersos?
El conocimiento que tenemos acerca del comportamiento del SARS-COV-2 es todavía limitado. Cuando ese conocimiento sea mayor y podamos hacer un análisis retrospectivo de lo sucedido, es muy probable que comprobemos que todos hemos pasado por etapas parecidas, si bien en momentos distintos. Ya lo estamos viendo con algunos países de nuestro entorno, que tuvieron un comportamiento mejor y ahora presentan peores indicadores. El virus no sabe de fronteras.
En el caso de España, nos parece que una mayor uniformidad en tiempo y forma de la intensificación de las medidas adoptadas por las comunidades autónomas podría haber minimizado en parte los efectos de la segunda y tercera olas. Esta intensificación más uniforme de medidas aportaría, con el importante valor añadido que tiene en una emergencia sanitaria de esta envergadura, una menor desafección de la población, fruto de la disparidad de horarios en el toque de queda, en los aforos, o las diferencias en la limitación de movilidad y en el cierre del comercio o la hostelería, según se trate de un territorio u otro.
¿Qué medidas se deberían tomar para frenar la pandemia en nuestro país?
El camino para frenar la pandemia en España y en el resto de países está trazado con el despliegue de la vacunación. Sin embargo, sus efectos positivos tardaremos aun en verlos. Seguimos obligados, por tanto, a continuar intensificando las acciones sanitarias y no sanitarias que minimizan las consecuencias de la pandemia. Entre las primeras, la ineludible estrategia de detección de casos y contactos mediante los cribados asistenciales, los cribados oportunistas y los cribados selectivos, además de la permanente adaptación de los dispositivos sanitarios a la atención de los pacientes afectos o no de Covid-19.
Paralelamente se ha demostrado que son claves las medidas no sanitarias que evitan o limitan el contacto social y, por tanto, la transmisión de los contagios. Su aplicación debe ser ágil y anticipada en función de la evolución de los datos epidemiológicos en cada momento. Para ello, no nos cansamos de decir que se requieren instrumentos jurídicos que permitan esta agilidad y anticipación, como también una mayor coordinación y homogeneidad en la adopción de estas medidas en todo el país.
¿Confía en la vacuna como solución a la situación creada por este coronavirus?
Las vacunas, sin duda, han de jugar un importante papel en el control de la situación. Deberán ser un punto de inflexión en nuestra lucha contra el virus. Pero parece seguro que, aún con vacunación, el nuevo coronavirus seguirá entre nosotros. Así que deberemos aprender a convivir con su presencia. Confiamos en que la extensión de la vacunación contribuirá decididamente a restablecer nuestra actividad social. Pero hemos de confiar también en que puedan lograrse, cuanto antes, avances en el conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2, así como tratamientos que puedan aplicarse para combatirla.
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