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Covid | "Para evitar brotes, lo mejor es vacunar a más gente con una dosis"

El nuevo director de Salud Pública, Reinhard Wallmann, analiza las últimas novedades del Covid en Redacción Médica

Reinhard Wallmann, director general de Salud Pública de Cantabria.

12 feb 2021. 12.40H
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POR JESÚS MEDIAVILLA
Ha sido el artífice del sistema de control y seguimiento de la crisis sanitaria del Covid-19 y de la coordinación del Servicio Cántabro de Salud, del que forma parte como profesional desde 2007. Licenciado en Medicina en la Universidad de Viena, especializándose en Medicina Preventiva y Salud Pública en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Reinhard Wallmann, nombrado recientemente director general de Salud Pública del Gobierno de Cantabria, analiza en una entrevista con Redacción Médica la actualidad y el futuro de la pandemia en la región y el resto de España.

Recientemente ha sido nombrado director general de Salud Pública. ¿Cuáles son los principales retos que asume al frente de este departamento?

Como reto con nombre y apellido propio está la pandemia del Covid-19, tanto a corto como a largo plazo, pues es una cuestión que no podremos dar por cerrada en 2021 y que durará aún unos años. A largo plazo, la multirresistencia bacteriana se erige como una de las principales amenazas. Hay que empezar a ponerse las pilas con ello a nivel de vigilancia y tomar medidas.

Otro reto es traducir los avances del conocimiento científico para responder a preguntas muy concretas y tejer puentes con la sociedad para su aplicación social y redundar en una mejor salud de los ciudadanos.

Una de las mayores preocupaciones de los epidemiólogos es la entrada de la cepa británica en España, una variante del Covid-19 original un 50 por ciento más contagiosa. Si finalmente esta variante se acaba imponiendo, ¿en cuánto podrían multiplicarse el riesgo de contagio y el número de contagios? ¿Cómo puede prepararse Cantabria para el peor de los escenarios?

Todas las variantes de coronavirus nos deben preocupar. Necesitamos, de entrada, una estrategia de vigilancia para poder detectarlas. En el caso de la británica, contamos con la ventaja de que con una PCR se pueden observar indicadores de esta cepa. Sin embargo, contra otras variantes, no existe esta posibilidad y dependemos de una secuenciación total o parcial del virus. Para ello, se requiere construir un andamiaje de vigilancia genómica, el cual ya se está comenzado a levantar. Hay un proyecto muy ambicioso del Ministerio de Sanidad con las comunidades para tener un muestreo significativo semanal de muestras aleatorias de casos positivos que luego se mandan a secuenciar para detectar las variantes.

Después del Covid, el gran reto en Salud Pública es abordar la multirresistencia bacteriana

La cepa británica nos preocupa porque ya se ha constatado que es más contagiosa. Los datos más fiables hablan de un 35 por ciento más de contagiosidad. Esto puede impactar significativamente en números absoluto de casos. La vías de transmisión siguen siendo las mismas, de modo que las medidas restrictivas, si se ejecutan bien, van a funcionar. Hay otras variantes que nos preocupan, no por la contagiosidad, sino por su capacidad de esquivar el sistema inmune, como sucede con la cepa brasileña y sudafricana. Lo que provocan estas variantes es que, aunque una persona haya estado infectada anteriormente, si se reinfecta con esta cepa puede volver a enfermar.

Nos preocupa mucho porque, en este caso, está sobre la mesa comprobar la efectividad de las vacunas. Ahora mismo, se está estudiando este asunto para ver qué nos puede hacer falta, porque la capacidad neutralizante de los anticuerpos que generan las vacunas, una vez que alguien se reinfecta con una de estas cepas, la inmunidad que otorga la vacuna se reduce. Por eso se está estudiando si es necesario aplicar dosis de recuerdo después de un año, por ejemplo, y adaptar la dosis de recuerdo a la cepa. Las vacunas basadas en ARN, como la de Pfizer, por sus características, son muy fáciles de adaptar.

Parece evidente que 'salvar la Navidad' está pasando factura. Si desde el Ministerio de Sanidad ya se preveía una situación similar, ¿cómo es que no se ha actuado con más contundencia y agilidad?

Entre epidemiólogos hablamos de los martillazos y bailar con el lobo. El martillazo es el confinamiento total, que funciona muy bien para reducir la incidencia, aunque es muy destructivo a nivel económico y para le bienestar social de los individuos. Después de haber superado la primera ola, que estaba marcada por una gran incertidumbre, ahora estamos en una situación en la que tenemos que aprender a bailar con el lobo.

El Covid se ha despertado y nos amenaza. Lo que tenemos que aprender ahora es a bailar con él y volverlo a dormir sin dar el martillazo. Hay que buscar un delicado equilibrio entre la prevención de la enfermedad y la destrucción de la economía.

Una gran cantidad de comunidades autónomas han pedido al Ministerio de Sanidad adelantar los toques de queda o incluso del confinamiento domiciliario. ¿Cantabria apoya esta última opción como dique de contención a la tendencia ascendente del número de contagios? En caso afirmativo, ¿cuánto tiempo sería necesario

Depende muchísimo del nivel de alerta epidemiológica. Las comunidades disponemos de una caja de herramientas y cada región puede hacer el uso que considere de las mismas con el fin de conseguir el equilibro entre salud y sanidad. Entre las posibilidades están los cierres perimetrales, el cierre de determinados negocios no esenciales o hacer medidas quirúrgicas como confinar solamente determinados municipio.

Y el toque de queda es una herramienta más para tratar de disminuir el contacto social. Que podamos adelantar el toque de queda si la situación empeora es una herramienta muy buena. Ahora misma estamos en una situación de “meseta”, sin superar la incidencia acumulada de 500 casos por cada 100.000 personas a 14 días ni están las UCI ocupadas por encima del 40 por ciento. Si los datos se mantienen por debajo de estos índices, no creemos necesario el uso de un nuevo confinamiento.

En los últimos días ha saltado la polémica porque diferentes cargos políticos y mandos intermedios se han vacunado del Covid-19 vulnerando los criterios fijados por la Estrategia de Vacunación fijada por el Ministerio de Sanidad con las comunidades autónomas. Sin embargo, los directivos sanitarios han pedido recientemente ser reconocidos como grupo prioritario dada su labor de gestión en la lucha contra el coronavirus. ¿Considera adecuada su petición?

La estrategia de vacunación es un documento que nos ofrece un marco de trabajo muy bueno. La priorización de grupos hay que reservarla. Sin embargo, algunos de estos grupos no están muy bien definidos por los criterios fijados por la estrategia, de modo que hay cierto margen a la interpretación. Lo ideal es que los criterios estuvieran refinados al máximo, pero por desgracia el documento no contempla la vacunación de los directivos de los hospitales.

"Los directivos de hospital deberían ser grupo prioritario de vacunación"

Dentro de un hospital que maneja una situación de emergencia máxima como el Covid, con un impacto tremendo, todo el equipo directivo de un hospital, de una manera u otra, está estrechamente relacionado con los servicios que atiende al Covid-19. Tienen que reunirse con jefes de Servicio y están en contacto con el propio personal sanitario, están metidos en el ajo totalmente.

De hecho, ya habido brotes que han afectado a los equipos directivos. Un gerente o director hospitalario, por el grado de responsabilidad y los conocimientos muy necesarios que manejan para gestionar el coronavirus, no son tan fácilmente sustituibles como otro tipo de empleados. Por ejemplo, si por un brote nos vemos obligados a aislar a todo un equipo directivo de un hospital, la gestión se complica muchísimo, nos algo que se pueda arreglar de un momento a otro. Debería ser un grupo prioritario para la vacunación.

¿En torno a cuándo comenzará Cantabria y España a notar el efecto de las vacunas?

Hay que diferenciar por ámbitos. El primero donde se va a notar es en el de las residencia. Esto provoca que donde más virulento es el virus, pues la letalidad es altísima a ser un grupo de riesgo y que ha sufrido muchos brotes, una vez estén vacunados vas a minimizar su exposición a la enfermedad. Con la vacuna no se infectan y si lo hacen será leve, de modo que tendremos menos brotes y menos letalidad.

El otro ámbito es el de los profesionales sanitarios, los grupos 2 y 3 de la estrategia. Las numerosas bajas por aislamiento y cuarentenas que hemos tenido aislamiento se van a reducir muchísimo. No es solo tener camas, sino tener a profesionales que atiendan a los profesionales.

A nivel de transmisión comunitaria, tenemos que esperar todavía a tener un porcentaje muchísimo más alto. Nos queda un largo camino hasta llegar al menos al 60 o 70 por ciento. Aún así es difícil saber qué porcentaje es necesario para la inmunidad de rebaño debido a que las nueva variantes del Covid que atacan al sistema inmune y son más contagiosos, pues el calculo para la inmunización de rebaño se calcula en función de la tasa de ataque secundario del virus, es decir, la contagiosidad. Cuanto más contagiosidad, más vacunas deberán estar vacunadas. Hay quien habla del 90 por ciento, incluso.

El Comité de Expertos encargado de evaluar el proceso de vacunación contra la Covid-19 del Ministerio de Sanidad está estudiando la posibilidad de priorizar el suministro de una sola dosis en aquellos pacientes que no presentan riesgo de mortalidad, retrasando, más de lo previsto, la administración de la segunda. ¿Qué opina al respecto?

Hay dos modelos: el británico y el alemán. Los británicos vacunan todo lo que pueden y no dejan prácticamente reservas, mientras que los alemanes guardan la mitad en neveras para la segunda dosis. En Cantabria, de entrada, se ha vacunado todas las dosis recibidas, pero con las remesas que están llegando vamos a poder cumplir con la segunda dosis para aquellos que tienen la primera. Si en el primer recibo gastas todas las vacunas, lo normal es destinar los nuevos envíos a la segunda dosis.

No obstante, los británicos hacen lo que hacen porque hay estudios que, a efectos de evitar una onda epidémica, es más afectivo poner una primera dosis a más gente que no poner la dosis a un menor número de ciudadanos.

Por último, tal y como ha hecho la Comunidad de Madrid o Galicia, ¿contempla que en algún momento las oficinas de farmacia cántabra realicen test rápidos de antígenos para cribados poblaciones?

Esta cuestión cuenta con dos matices. El primer es que nosotros disponemos de un sistema de detección temprana. A todos los casos sospechosos se les hace test. Mientras, el test en farmacias está orientado, al menos como lo están haciendo en Madrid, a una estrategia de cribado poblacional para testear a grandes colectivos asintomáticas. En Cantabria, los tiempos de respuesta para la atención temprana son espectaculares: desde que comunicas al médico que tienes síntomas hasta el diagnóstico pasa un día. Nuestra capacidad a la demanda para detecta casos sospechosos la tenemos muy bien cubierta. No nos hace falta contar con las farmacias en estos momentos, aunque ya hemos hablado con ellos por si hiciera falta y se han mostrado disponible.

Para el cribado poblacional suelen ser despliegues temporales dirigidos a un colectivo concreto. Se ha hecho en algún municipio donde se han disparado los casos o para, por ejemplo, para los trabajadores temporeros que ahora llegan a la región. Para esto no necesitamos utilizar a las farmacias.


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