Redacción. Tenerife
El Parlamento de Canarias ha aprobado el proyecto de Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de la Persona ante el Proceso Final de su Vida, conocida como Ley de Muerte Digna, cuyo objetivo es garantizar un final de la vida sin sufrimiento en caso de enfermedad terminal y dar la oportunidad de decidir a los pacientes o en su caso a sus familias sobre tratamientos paliativos.
La aprobación se ha producido con la abstención del PP, y tras el rechazo de las enmiendas del Grupo Mixto y del Grupo Popular. Una de ellas proponía la supresión de aquellos párrafos que hacían alusión a la eutanasia para no confundir a los ciudadanos.
Por su parte, la diputada del Partido Popular Mercedes Roldós ha puesto en duda la necesidad de esta norma al entender que ya existen instrumentos jurídicos, profesionales y éticos así como una "amplia" legislación básica para garantizar a las personas una buena atención al final de la vida.
A su juicio, esta Ley solo busca "tapar la conciencia" de un gobierno "poco trabajador y perezoso". Y recuerda que Canarias aún no cuenta con un plan integral de cuidados paliativos.
“Perfectamente asesorado”
Por su parte, José Luis Morera, del Grupo Socialista Canario, ha explicado que esta Ley quiere contribuir a proporcionar seguridad jurídica a la ciudadanía y a los profesionales sanitarios. También, ha dicho que se convierte en una necesidad para que el paciente sea "perfectamente asesorado" por su médico, que debe ser capaz de ayudarle a tomar una decisión adecuada al final del su vida.
Mientras, el diputado de Nueva Canaria Pedro Justo ha apoyado la proposición de Ley por ser "importante, necesaria y positiva", entre otras cuestiones, y porque se está hablando de los derechos fundamentales de las personas y porque Canarias carece de una ley básica que, a su juicio, debe dar seguridad jurídica que intervienen en todo este proceso.
Por último, el nacionalista José Luis Perestelo ha hecho hincapié en que esta norma no es una ley de eutanasia, sino una que garantiza los derechos de los pacientes y de los profesionales sanitarios, pues asegurará que los enfermos tengan una muerte digna e indolora.