David García / Marta Fernández. Madrid
La sanidad balear se suma al bando de los rebeldes que están en contra del decreto de prescripción enfermera. Junto al País Vasco es una de las primeras que ya ha declarado su total rechazo a la nueva medida que ha propuesto el Gobierno. Aunque aún no ha ido tan lejos como el gobierno vasco, que ya ha anunciado que recurrirá la nueva ley, sí ha avisado de que no la va a adoptar.
Así, la consejería de Salud balear ha anunciado su “rechazo a la norma”, reivindicando además el desarrollo de competencias de los enfermeros que ya estaban recogidas en el decreto 52/2011, de 20 de mayo que, Baleares, anuncia seguirá implementando.
Todo ello porque considera que el nuevo decreto “no sólo no soluciona el problema de vacío legal que afecta al personal de enfermería”, sino que “agrava si situación”. La consejería se muestra favorable a seguir actuando como hasta ahora y no prohibir la indicación de medicamentos y material sanitario por parte de este colectivo.
Además, ha subrayado que la nueva ley supondrá un “empeoramiento en la atención”, ya que desde el departamento consideran que “los médicos verán aumentado considerablemente su volumen de trabajo por prohibírsele a los enfermeros realizar cientos de actividades cotidianas”, como es el caso de poner una vacuna o hacer una cura.
La consejería de Salud también ha destacado que “es una prohibición que quita sin motivo alguno autonomía a los profesionales que estaban realizando una labor asistencial con probada formación y eficiencia”.