Patricia Gómez ha sido consejera de Salud y Consumo de las Islas Baleares desde julio de 2015. Ocho años en los que esta enfermera ha dirigido las riendas del sistema sanitario balear: desde la recuperación económica tras la profunda crisis que vivió España y su sanidad entre 2008 y 2014, aproximadamente; pasando por los años de recuperación; la enorme crisis sanitaria del Covid-19 y la compleja gestión para su desescalada. Una época de altibajos que termina estos días en los que el Ejecutivo balear ha vivido un cambio político tras las elecciones del 28 de mayo. En estas líneas, Patricia Gómez analiza su mandato y en cierto modo, se despide de la ciudadanía a la que ha tratado de cuidar seguro que como enfermera pero sobre todo, como consejera:
Si realizar un balance de cuatro años de gestión en salud resulta una tarea compleja, más lo es analizar el trabajo realizado a lo largo de dos legislaturas. Por ello, quizá una buena manera de afrontar el reto es comenzar recordando los valores que han guiado nuestras decisiones de gestión a lo largo de estos ocho años.
Como gobierno de izquierdas, desde el primer momento tuvimos claro que era imprescindible restaurar el sistema sanitario público universal, es decir, para todo el mundo, independientemente de la situación administrativa de cada persona; garantizar un sistema equitativo para asegurar que todos los ciudadanos de las islas, residieran donde residieran y tuvieran el horario de trabajo que tuvieran, pudieran acceder a las prestaciones en condiciones de igualdad y sin tener que desplazarse a otra isla; y favorecer un sistema excelente, dotado de profesionales formados y con toda la tecnología necesaria a su alcance para ofrecer una atención adecuada a cada uno. Y ello en espacios adecuados.
Así, estos años hemos definido unas líneas estratégicas muy claras con el fin de guiar una acción sólida y efectiva. Y, naturalmente, conscientes de que toda estrategia debe ir acompañada de la correspondiente financiación, hemos aumentado año tras año el presupuesto destinado a salud hasta alcanzar los 2.241 millones de euros, una cifra récord que supone prácticamente un 70 % más que cuando empezamos a gobernar, en 2015. Y es que siempre hemos defendido que la salud no es un gasto, es una inversión.
Este presupuesto nos ha permitido invertir en recursos humanos, tecnología e infraestructuras y, sobre todo, poner en marcha dos planes que para nosotros son absolutamente esenciales porque implican una nueva manera de hacer las cosas: el de atención a la salud mental y emocional y el de atención a las personas con enfermedades crónicas.
El primero ha permitido crear la Oficina de Salud Mental de las Islas Baleares y el Observatorio del Suicidio, poner en marcha nuevos dispositivos asistenciales e incorporar profesionales en todas las islas (entre ellos psicólogos clínicos en Primaria), reforzar la atención comunitaria para favorecer que las personas puedan desarrollar su proyecto de vida dentro de la comunidad, estrechar lazos con Educación para atender mejor a nuestros adolescentes; impulsar infraestructuras como el Parc Sanitari de Bons Aires derribando los muros del antiguo hospital psiquiátrico y rompiendo con el estigma, por otro lado, de manera muy especial, promover la corresponsabilización institucional para garantizar una atención que cuente, de verdad, con los pacientes y con los usuarios. Por primera vez, la Consejería de Salud y Consumo ha cedido protagonismo a otras administraciones y las asociaciones de pacientes para desarrollar un Plan de Atención a la Salud Mental y Emocional que identificará necesidades, facilitará el acceso a todos los recursos, evitará duplicidades en los servicios y asegurará que se cubren todas las necesidades.
Por primera vez la salud mental se ha situado en el centro del debate y se ha iniciado, de manera decidida la lucha contra el estigma. Porque no debemos olvidar que todos, en algún momento de nuestra vida, podemos padecer algún problema de salud mental. La empatía es, pues, fundamental.
Otro ámbito en el que hemos trabajado de manera decidida ha sido el de la atención a las personas con enfermedades crónicas. La estrategia que se puso en marcha en la primera de las dos legislaturas ha permitido identificar ya a más de 22.500 personas con enfermedades crónicas complejas y avanzadas y facilitarles una atención específica mediante la coordinación entre los hospitales y atención primaria. Gracias a la labor de las más de 50 enfermeras gestoras de casos que hemos incorporado y los nuevos circuitos asistenciales que hemos diseñado, se hace un mejor seguimiento de cada persona, lo que contribuye al mejor manejo de su enfermedad, reduce sus ingresos y les permite conservar más tiempo la autonomía personal.
Asimismo, conscientes del envejecimiento de la población y de la prevalencia de las enfermedades crónicas, hemos puesto en marcha la construcción de nuevos recursos, como son el Parc Sanitari Nou Son Dureta, que ofrecerá más de 500 camas de media y larga estancia en Mallorca, y la recuperación del emblemático Hospital Verge del Toro, en Menorca.
Por otro lado, estos años hemos introducido mejoras que refuerzan la universalidad y la equidad en la atención, como la gratuidad de los medicamentos para los pensionistas, la eliminación de la tasa por expedir la tarjeta sanitaria, la reapertura de los centros de salud por la tarde o la ampliación de la gratuidad de la atención bucodental de cero a seis años. Asimismo, se han incorporado nuevas prestaciones en Menorca, Ibiza y Formentera con el objetivo de evitar que las personas se tengan que desplazar a otra isla para recibir atención. Ejemplo de ello son la hemodinámica en Ibiza, la hemodiálisis y el 061/24h en Formentera y la cirugía bariátrica en Menorca. Estas prestaciones y la nueva tecnología que se ha incorporado ha evitado centenares de desplazamientos a los usuarios de la sanidad pública.
Y no menos importante, hemos reforzado la Atención Primaria con un incremento presupuestario del 76 % respecto a 2015. De esta manera hemos podido incrementar los recursos humanos, adquirir nueva tecnología diagnóstica e implementar un plan de choque para agilizar la lista de espera. También están en marcha infraestructuras por valor de más de 300 millones de euros, de los que 80 millones corresponden a la construcción ampliación o remodelación de centros de salud y unidades básicas en diferentes municipios de las islas.
Finalmente, me gustaría referirme a los profesionales sanitarios a quienes quiero expresar mi profundo agradecimiento por la labor excelente que realizan y por su dedicación. Nuestro gobierno ha tenido claro que los profesionales son nuestro principal valor y ha trabajado para recuperar los derechos que habían perdido y para mejorar sus condiciones laborales y fidelizarlos. Hoy tenemos 5.000 profesionales más que en 2015; más de 4.000 profesionales han estabilizado su plaza con oposiciones o concursos y otros 4.000 lo harán el año que viene. Hemos recuperado la carrera profesional, tenemos la hora de guardia mejor pagada de España, y hemos recuperado la jornada de 35 horas semanales, entre otras muchas mejoras, todas ellas consensuadas con los sindicatos.
Conscientes de la falta de profesionales, pusimos en marcha la Facultad de Medicina de las Islas Baleares, que ha sido un éxito, como lo demuestra el hecho de que el cien por cien de los alumnos de la primera promoción ha aprobado el MIR. Ahora se ha graduado ya la segunda promoción y el año que viene el Ministerio de Sanidad ha autorizado una ampliación de plazas de primer curso, hasta las 69. También hemos ampliado las unidades docentes y el número de plazas que ofrecen y, todavía mejor noticia, hemos logrado fidelizar a la mayoría de residentes.
Estos años hemos logrado la acreditación del Instituto de Investigación Sanitaria de las Islas Baleares por parte del Instituto de Salud Carlos III, cosa que ha permitido acceder a fondos específicos; hemos puesto en marcha la Agencia de Salud Pública y hemos dado un impulso decidido a la defensa de los derechos de los consumidores.
Finalmente, sí, hay que recordarlo, hemos vivido una pandemia que ha durado tres años y de la que hemos salido como una de las regiones de España con menor mortalidad. Y esto ha sido gracias a una gestión eficiente que ha dado prioridad a las personas más vulnerables.
Han sido años de extrema dificultad para los gestores y, pese a ello, hemos salido adelante y hemos incorporado prestaciones como el trasplante de hígado o la eutanasia y hemos seguido trabajando para favorecer un sistema sanitario más resolutivo y, a la vez, más humano y cálido.
El equipo que tengo el honor de liderar deja atrás una sanidad con más recursos humanos, que ofrece más prestaciones, que dispone de tecnología de última generación gracias al plan INVEAT, con mejores infraestructuras y que ofrece atención integral gracias a la mejor coordinación entre administraciones.
Sin duda, hay espacios de mejora y tareas pendientes, pero creo que el trabajo de estos años ha sido ingente y es de justicia reconocer el mérito de los más de 20.000 empleados de la sanidad pública de las islas. A todos ellos aprovecho para dar las gracias, para recordarles que continuaré a su servicio en el Parlamento de las Islas Baleares y para animarles a todos a participar en los foros de debate en los que se toman las decisiones de gestión. Es así como se logran mejoras para la ciudadanía, nuestra razón de ser.
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