La Consejería de Salud ha incluido en el
calendario vacunal de adultos la profilaxis del herpes zóster para grupos de riesgo y personas de 65 años, quienes presentan mayor vulnerabilidad ante esta infección. La vacuna
protege de la conocida popularmente como 'culebrilla' y de la neuralgia postherpética (NPH) que, una vez superada la enfermedad, causa dolor durante más de tres meses por daño en los nervios.
El Servicio de Salud del Principado (Sespa)
citará por teléfono a partir de esta semana a 8.000 personas para administrarles la primera dosis: trasplantados o en lista de espera para trasplante, en tratamiento con fármacos anti-JAK, pacientes con VIH, con hemopatías malignas y con tratamientos con quimioterapia para tumores sólidos.
Esta indicación se extenderá, a partir de julio, a las 15.246 personas nacidas en 1957, es decir, que este año cumplen 65 años, para aplicarles la vacuna, cuya pauta completa consta de dos dosis que se administrarán en un intervalo de dos meses en los centros de salud.
Los efectos secundarios más comunes de la profilaxis son
enrojecimiento, dolor, sensibilidad, hinchazón y picazón en la zona de la inyección, así como dolor de cabeza.
¿Qué es el herpes zóster?
El herpes zóster es una infección cutánea que causa una
erupción roja y dolorosa, que se manifiesta como una sola franja de vesículas. En la mayoría de los casos envuelve el torso como un cinturón o culebra, aunque también puede aparecer en otras partes del cuerpo. Además, puede ir
acompañada de fiebre, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz y fatiga, con una evolución de dos a cuatro semanas.
La erupción está causada por
el mismo virus que provoca la varicela y que permanece latente en el organismo una vez superada. Con el paso de los años, puede reactivarse por una bajada de las defensas o por una menor inmunidad motivada por tratamientos o por el envejecimiento. Por tanto, el herpes zóster
es más común en personas mayores o con sistemas inmunitarios debilitados.
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