"La robustez y adaptación de la sanidad han sido las claves ante el covid"

La sexta ola del Covid-19 empieza a remitir en España y también en Asturias, donde hace unas semanas se aplicó la exigencia del pasaporte covid y el cierre del interior de los locales del ocio nocturno, medidas que ya han decaído. El consejero de Sanidad del Principado de Asturias, Pablo Fernández Muñiz, relata su experiencia al mando de la gestión de la pandemia en ‘Lecciones del Covid-19’, el documento impulsado por Redacción Médica. El consejero asegura que hace un "balance agridulce" de la gestión de la crisis sanitaria, que ha supuesto una "prueba durísima para todas las personas".

¿Qué balance hace de la gestión de la pandemia del coronavirus Covid-19?

Es un balance agridulce. Muy amargo por las vidas pérdidas y también aliviados por las que logramos salvar por la intensa e intensiva campaña de vacunación, que en Asturias ha contado con el compromiso y el trabajo de los profesionales, y con una población sensibilizada y consciente de que con cada dosis se protegía a uno mismo pero también al resto. La anticipación, monitorización y comunicación con la sociedad han sido cruciales en Asturias para contener el avance del virus, y explican los datos en nuestra comunidad autónoma, mucho más positivos de lo que a priori cabía esperar de una comunidad autónoma con una población muy envejecida y con gran prevalencia de enfermedades crónicas, especialmente respiratorias.

Pero no cabe duda alguna, que ha sido una prueba durísima para todas las personas. Para el sistema sanitario público ha sido un test de resistencia con el que hemos comprobado que nuestra sanidad pública es robusta y al mismo tiempo ha destacado su gran capacidad de adaptación a los distintos escenarios. Esas dos virtudes han sido clave para hacer frente a esta crisis sanitaria en nuestra comunidad autónoma.

¿Cuáles cree usted que han sido los puntos más fuertes de la sanidad española a la hora de hacer frente a la pandemia? ¿Y los débiles?

No tengo a menor duda, que los puntos fuertes de la sanidad española son las personas: los profesionales sanitarios y no sanitarios. La sanidad pública es un pilar de nuestro estado del bienestar, que precisa cuidados siempre, para poder atender a todas las personas cuando lo precisen. Eso es lo que hemos vivido en Asturias: un tándem casi perfecto del servicio público de salud con la estructura estratégica y operativa de Salud Pública.

Lo que nos puede hacer débiles como sociedad ante las tragedias es caer en el error de la desunión. Este desafío pandémico ha puesto de manifiesto que es imprescindible actuar unidos por encima de las ideologías para consensuar medidas y estrategias pensando en el interés general. Una unión que, ante retos de este calibre, obviamente va más allá de nuestras fronteras como país.

¿Queda España preparada para afrontar una nueva pandemia de cara al futuro?

La experiencia nos ha demostrado que es importantísimo trabajar de manera coordinada y en la misma dirección, con los medios y criterios consensuados para enfrentarse a cualquier tipo de pandemia, no solo de virus respiratorios. ¿Estamos más preparados? Sin duda, pero nunca se está lo suficientemente preparado. Ahora tenemos una experiencia directa que nos ha mostrado la trascendencia de articular mecanismos que nos permitan ser ágiles en la toma de decisiones o en las garantías jurídicas en caso de tener que hacer frente a futuras crisis sanitarias. Pero, sobre todo, la trascendencia de saber aunar esfuerzos y saber trabajar en un contexto de cogobernanza con éxito y optimizando los recursos mediante la cooperación.

¿Qué aprendizaje personal le deja a usted la pandemia del Covid-19?

Me reafirmo en lo que creía cuando formé el equipo que me acompañaría en esta legislatura. La importancia de contar con perfiles profesionales y visiones profesionales distintas, es decir, la importancia de que los equipos sean multidisciplinares. Esta es la manera más inteligente de mirar e interpretar la realidad para poder actuar con eficacia al servicio de los demás.