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Nanopartículas, un 'chip prodigioso' para combatir enfermedades

El director del Instituto de Nanociencia de Aragón, Ricardo Ibarra, analiza de la mejora de los métodos de diagnóstico

Ponente a la entrada de Aula Montpellier.

04 mar 2020. 10.55H
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Los ensayos clínicos con nanopartículas son capaces de detectar enfermedades muy incipientes o adherirse a células tumorales para su tratamiento han proliferado en los últimos 15 años con avances muy significativos. Así lo ha explicado en la segunda conferencia del Ciclo Aula Montpellier Ricardo Ibarra, director del Instituto de Nanociencia de Aragón y del Laboratorio de Microscopías Avanzadas de la Universidad de Zaragoza.

“Dentro de poco, los medicamentos que tomemos llevarán nuestra firma y podrán reconocer nuestras propias enfermedades”, aseguró durante la conferencia ‘Contribución de la nanociencia a las nuevas terapias y diagnóstico médico’.

El ponente explicó por qué la nanotecnología puede ser importante para la medicina, gracias a una serie de aplicaciones en las que se viene trabajando desde que se empezó a investigar en materiales y biomateriales. Destacó que el principal logro de la nanotecnología es que puede colocar estructuras como anticuerpos sobre nanopartículas, unidades inertes y biológicas que podemos introducir en el mundo de la biomedicina.

Estas nanopartículas “funcionalizadas” ofrecen numerosas aplicaciones para la mejora del diagnóstico y tratamiento médico, reduciendo tiempos, personalizando fármacos y tratamientos más efectivos y menos agresivos.

Dentro de las investigaciones que se realizan en el ámbito diagnóstico, el ponente destacó el diseño de nuevos biosensores que permiten determinados antígenos y marcadores que pueden llevar a una detección precoz de algunos tipos de cáncer y otras patologías. Otro aspecto del diagnóstico sobre el que se trabaja son las nanopartículas magnéticas que se utilizan en el campo de la tomografía por resonancia como agente de contraste.

La resonancia magnética, la técnica más potente de diagnóstico, puede mejorar gracias a estas nanopartículas capaces de detectar tumores pequeños e incipientes que pasan desapercibidos en las actuales pruebas de imagen.


Terapias y fármacos más personalizados


En cuanto a las técnicas terapéuticas, los principales esfuerzos de la nanociencia se centran en tratar de elaborar fármacos inteligentes que sean capaces de dirigirse a una determinada diana. El ponente detalló que “si se necesita un tratamiento antiinflamatiorio en una determinada región del cuerpo, la idea es llevar el anitiinflamatorio solo a la región donde está la inflamación en lugar de a todo el cuerpo, como ocurre ahora”.

Estos fármacos inteligentes tienen un suministro localizado, lo que disminuye los efectos adversos y lesiones que ocurren con frecuencia en tratamientos agresivos como la quimioterapia. “Con un suministro localizado en la región del tumor, el tratamiento va a ser más efectivo, porque también se van a poder administrar más dosis e ir directamente a la zona afectada”, afirmó el especialista.


Aragón, referente en nanomedicina


Tal y como destacó el catedrático, todos estos avances que se están produciendo en los laboratorios llegarán en un futuro no muy lejano a los hospitales y centros de salud, donde la nanociencia será un pilar fundamental de la práctica médica habitual. Aragón es una comunidad referente de los estudios en nanociencia y nanomedicina.

El instituto que dirige Ricardo Ibarra, creado en el 2005, es una infraestructura pionera en este campo de estudio con equipamientos punteros, como es el microscopio Titan, el más avanzado que existe.


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