El proyecto de Ley para la Promoción de una Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada ha superado hoy el debate a la totalidad en el Parlamento de Andalucía. La consejera de Salud, Marina Álvarez, ha presentado ante el pleno el texto legislativo, que plantea un abordaje integral y transversal para invertir la tendencia al alza que registran los países occidentales de los problemas de salud derivados de la obesidad, que en Andalucía afecta al 16,6 por ciento de la población adulta.
“Andalucía se sitúa así como la primera comunidad autónoma en elevar, a rango de Ley, la lucha contra la obesidad y los trastornos de la conducta alimentaria”, ha señalado la consejera, recordando que la obesidad es “el primer problema de salud pública del mundo desarrollado, que es la antesala de las enfermedades crónicas”.
La Ley plantea fomentar una vida saludable y una alimentación equilibrada con acciones que lleguen a las familias y que se extiendan a colegios, empresas, centros de mayores y de discapacidad, zonas con necesidades de transformación social, sector agroalimentario, industria de la alimentación, turismo, urbanismo, medios de comunicación y mundo publicitario, entre otros.
Aunque se establecen limitaciones en el acceso a determinados alimentos procesados en centros escalores, la consejera ha asegurado que no se pretende “una ley prohibicionista, ni impositiva n i punitiva”. Hay un apartado de infracciones y sanciones, que pretende “educar y concienciar para prevenir estos problemas y las enfermedades que generan si no se atajan a tiempo”.
Menús saludables y equilibrados
El proyecto de ley establece que centros educativos, empresas de restauración, centros de ocio infantil y juvenil, lugares de trabajo y centros de personas con discapacidad ofrezcan menús saludables y equilibrados, tomando como referencia la dieta mediterránea, con productos locales y de temporada.
Además, recoge el impulso a una red de huertos escolares, cartas de compromiso voluntarias para empresas que quieran sellar su apuesta por el fomento de hábitos saludables y el acceso gratuito al agua potable en espacios y edificios públicos, educativos, deportivos, de ocio y establecimientos de restauración. Estos últimos tendrán que ofrecer siempre a sus clientes recipientes de agua gratuita y vasos para su consumo.
Se prohibirá la venta de alimentaos hipercalóricos en los centros docentes y en las celebraciones organizadas, y las bebidas y alimentos envasados que se vendan en centros educativos no deben sobrepasar un valor energético de 200 kilocalorías. Tampoco deben contar con alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal o azúcares.
El texto también garantiza el accesco a asistencia sanitaria adecuada tanto para las personas con obesidad como a las que presenten trastornos de la conducta alimentaria, y se fomentarán proyectos de investigación e innovación en torno a estos problemas de salud.
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