La Agencia Española del Medicamento (
Aemps) ha autorizado a la Unidad de Terapia Celular del
Hospital Regional de Málaga-Ibima, dependiente de la Iniciativa Andaluza en Terapias Avanzadas, para que fabrique
células madre mesenquimales alogénicas (de donante) que beneficiarán a pacientes con enfermedades neurológicas, con incontinencia fecal u otras enfermedades como las autoinmunes.
El objetivo es poder elaborar
medicamentos de terapia celular a partir de grasa de donantes para distintos tipos de pacientes que no responden adecuadamente a los tratamientos establecidos o para pacientes con enfermedades que carezcan de tratamiento, como las autoinmunes.
La directora técnica de la Unidad de Terapia Celular del centro sanitario,
Laura Leyva, ha asegurado que "hay estudios previos que han demostrado la eficacia de la terapia celular en algunas de estas enfermedades, y en otros casos se estudiará su eficacia a través de la realización de nuevos ensayos clínicos".
"Con una inversión de recursos similar consigues muchas más dosis y tratar a muchos más pacientes"
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“Un mayor rendimiento”
Antes de recibir esta autorización, el centro ya contaba con el permiso para fabricar células mesenquimales
de tejido adiposo autólogas, es decir, del propio paciente. Con la nueva autorización, el tratamiento es más rápido pues las células se obtienen de la grasa de un donante sano y el rendimiento es mayor, ya que a partir de la grasa de un único donante se puede
tratar a decenas de pacientes.
"A nivel técnico, con una inversión de recursos más o menos similar, consigues muchas más dosis y tratar a muchos más pacientes", ha detallado Leyva, que ha señalado que las donaciones se obtendrán gracias a la
colaboración de la Coordinación Autonómica de Trasplantes y el Biobanco del Sistema Sanitario Público de Andalucía.
Los profesionales han calculado que a cada donante se le podrán extraer entre
200 y 500 gramos de tejido adiposo de la pared abdominal. "Es positivo porque se va a tratar a un número mayor de pacientes que con las células autólogas o propias, dando, por tanto, una respuesta más rápida al paciente que evita pasar por una cirugía", ha incidido Leyva.
El proceso de la extracción de las células
Una vez se realiza la extracción al donante, el tejido adiposo se digiere enzimáticamente y se obtiene la fracción vásculo estromal, formada por células madre mesenquimales de la grasa y por una mezcla de células sanguíneas entre las que se encuentran linfocitos, monocitos, hematíes y algún fibroblasto.
"Estas células se siembran en frascos de cultivo y, pasadas unas 24-48 horas, se aspira el medio de cultivo de forma que
se eliminan la mayoría de las células sanguíneas quedándonos sólo con las células adheridas al plástico del frasco de cultivo, que son mayoritariamente células mesenquimales", ha explicado, al tiempo que ha añadido que "estas células van multiplicándose en los frascos de cultivo a lo largo de varias semanas y, al final, tenemos un cultivo prácticamente puro, de un
99 por ciento de células mesenquimales".
Además, cuando concluye este proceso, los profesionales realizan diversos
controles de calidad para proporcionar las suficientes garantías de que las células son seguras para el paciente y pueden ser infundidas
sin ningún riesgo de transmisión de infecciones ni alteraciones genéticas.
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