Redacción. Sevilla
El Colegio de Médicos de Sevilla, a través de su Observatorio de la Sanidad, ha hecho públicos los problemas que encuentran los facultativos de Atención Primaria (AP) en su día a día. Según señala la corporación, “los cupos asignados a los médicos se están alejando cada vez más de los cupos óptimos, establecidos en 1.200-1.300 TIS (Tarjeta Sanitaria Individual, que corresponde a un paciente)”.
Juan Bautista Alcáñiz, presidente del Colegio de Médicos de Sevilla.
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El Colegio de Médicos alerta de que en muchos casos se “sobrepasa la ratio de 1.500 pacientes/médico”. Según los datos recogidos por el Observatorio, “no se tienen en cuenta las Tarjetas Sanitarias Ajustadas por Edad para un ajuste de cupos; que permiten destinar más dedicación a la población añosa, dada la carga asistencia que supone este grupo de edad, a pesar del envejecimiento de la población”. Asimismo, la corporación afirma que tiene dudas sobre si se está contabilizando entre la población asignada a cada médico de Atención Primaria, la población “flotante” que atiende (estudiantes, Erasmus, pacientes desplazados de su residencia habitual…).
Por otro lado critica que las agendas de los médicos de Primaria se sitúan entre los 5 y los 7 minutos por paciente, “un tiempo claramente insuficiente para realizar una atención de calidad”.
A esto se añade “el objetivo del Servicio Andaluz de Salud (SAS) de demora cero, lo que significa que hay que tener cita para todo paciente que lo solicite en menos de 24 horas, con lo cual las agendas se ven claramente sobrepasadas”. “Como consecuencia”, continua, “el tiempo para otras actividades, como, actividades preventivas, de educación para la salud, formativas y de investigación, es anecdótico”.
En cuanto a la política de sustituciones del SAS, a juicio del Colegio de Médicos “conlleva que el paciente es asistido cada día por un médico distinto, con el riesgo para su salud que ello conlleva y para el profesional que ve aumentada su tarea habitual ya saturada con reparto de pacientes que no conoce”.
“Esta política”, según ha podido constatar el Observatorio, “genera demora en consultas, provoca aumento de consultas de urgencia y acaba en disminución de tiempos por paciente para evitar dicha demora, cerrándose así el círculo de deficiente asistencia”.