La Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA), ha publicado el
nuevo manual de unidades de gestión sanitaria destinado a definir los estándares de calidad para certificar a los servicios de salud regionales. El nuevo documento destaca por la simplificación de los patrones,
reduciendo de los 101 estándares hasta los 76 requisitos actuales.
Los estándares de calidad andaluces
están destinados a las grandes organizaciones asistenciales, como son los complejos hospitalarios, los hospitales regionales, las áreas de gestión sanitaria o los distritos de atención primaria. En concreto, los criterios de calidad evalúan aspectos referidos a la
organización de la actividad, la
accesibilidad y
continuidad de la atención, la información
clínica, la gestión por
procesos, los
derechos de los usuarios, la seguridad,
estructura y equipamientos o los sistemas de
información.
De este modo el manual va dirigido a servicios que constituyen el
núcleo de la asistencia sanitaria en el sistema andaluz y que, desde el principio de este programa en 2002, han hecho de la certificación una seña de identidad, existiendo actualmente
más de 300 las unidades que cuentan con el sello de calidad de la ACSA.
¿Cuáles son los criterios de calidad sanitaria en Andalucía?
El manual de unidades de gestión sanitaria está formado por
tres bloques y seis criterios, que ponen el foco en aspectos de la prestación de servicios sanitarios como son la
gestión de la unidad, la atención centrada en el paciente y la cultura de seguridad.
Así, los estándares del primer bloque están destinados a
asegurar una organización eficiente y alineada con la estrategia y objetivos de la institución, y promover un modelo de atención sanitaria basada en la gestión por procesos asistenciales, que ayude a
mejorar y rediseñar los flujos de trabajo, aumentar la eficiencia y dar respuesta a las necesidades y expectativas de los pacientes.
Los estándares biuscan promover un modelo que mejore los flujos de trabajo
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Por su parte, el segundo bloque se centra en la
atención en el paciente, presentando un modelo de asistencia humanizada que garantice la accesibilidad y la continuidad asistencial, así como el respeto de derechos, valores y creencias personales. Además, pretende asegurar la
calidad científico-técnica de la atención sanitaria, apoyando la aplicación de herramientas basadas en la mejor evidencia científica, la investigación y la innovación biomédica y sanitaria.
Finalmente, el último bloque está destinado a
reforzar la seguridad de los procesos tanto en el ámbito asistencial, con la implantación de
buenas prácticas dirigidas a minimizar los riesgos y aumentar la seguridad en la atención, como en la gestión del entorno de la unidad, asegurando circuitos de comunicación y coordinación efectivos con los servicios de soporte de la institución para el mantenimiento, seguridad y funcionamiento de las instalaciones y los equipamientos.
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