Si en
Granada nombras a
Jesús Candel, mucha gente sabe que es un médico de urgencias que está liderando un movimiento social contra la concentración hospitalaria en la ciudad. Ese nombre se está extendiendo a otras provincias de Andalucía, pero no trasciende Despeñaperros. Sin embargo, si se menciona a
‘Spiriman’ su fama sí que está comenzando a llegar a todos los rincones de España, especialmente los ligados al sistema sanitario público.
‘Spiriman’ se erige desde hace meses como
el superhéroe que va a frenar la fusión hospitalaria que la Junta de Andalucía había anunciado tiempo atrás en la ciudad granadina. Candel es uno de los profesionales afectados, ya que trabaja en las Urgencias del Ruiz de Alda, como él repite habitualmente en los vídeos y mensajes que cuelga en sus perfiles de redes sociales. Se podría decir que es heredero de aquella
‘Marea blanca’ que partió de Madrid cuando el Gobierno de Ignacio González anunció que externalizaría la gestión de seis hospitales públicos ya en funcionamiento. Pero su caso es diferente, precisamente porque se está convirtiendo en
un fenómeno unipersonal, algo que está comenzando a eclipsar incluso el propio mensaje de los ciudadanos y profesionales sanitarios de Granada.
El ‘nosotros’ y el ‘yo’
En Madrid la 'Marea Blanca' apostó por un 'nosotros', no por el 'yo', como predica 'Spiriman'
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En Madrid, paradigma hasta el momento del movimiento social y sanitario contra las decisiones de la Administración, no hubo líderes tan reconocibles como ‘Spiriman’.
Se apostó por un ‘nosotros’, no por el ‘yo’, como está pasando en Granada. En el Hospital Universitario de La Princesa, el primero que se movilizó contra el plan anunciado por el consejero
Javier Fernández-Lasquetty, fueron varios jefes de servicio con peso específico por su reconocimiento profesional los que de una forma coral encabezaron un movimiento y una negociación que combinó presencia en la calle y diálogo en los despachos. Convencieron sin que ninguno de los líderes médicos lanzaran insultos o amenazas, al menos en público. Algo similar pasó con la
Asociación de Facultativos de Madrid (AFEM), organización sin la que no se entendería la marcha atrás política de Ignacio González en esta cuestión. Sus cabezas visibles fueron más incisivos contra la Consejería, pero no fue habitual que cayeran en insultos o descalificaciones.
El estilo de ‘Spiriman’ es diferente a estos precedentes. Quienes se han movilizado en Granada se han puesto detrás de una persona que con su carisma empieza a acaparar todos los titulares y flashes:
las cámaras le apuntan más a él que a la multitud que lleva detrás. ‘Spiriman: “Susana Díaz sueña conmigo”’, titulaba estos días el diario generalista ‘Público’ una entrevista con Candel; “Spiriman’ amenaza con boicotear el gran acto de
Susana Díaz y Zapatero”, lo hacía ‘El Mundo’ sobre un acto que se iba a celebrar en Jaén. El superhéroe ya es una marca personal que se ha impuesto a una idea colectiva como era la ‘Marea blanca’.
‘Spiriman’, que promueve en Granada la
Fundación Spiribol (de ahí viene el nombre del superhéroe) en la que trabaja contra la exclusión social de niños con entornos desfavorecidos, se empeña en las últimas fechas en personalizar en él mismo algo que implica a miles de ciudadanos. “Ha infravalorado a una persona que no tiene nada que esconder”, reta a Susana Díaz a través de los periódicos. “No pretendo cambiar el mundo, pero estaré donde se puedan mejorar las cosas”, afirma, como si jugase con frases de personajes de ciencia-ficción o cómic como ‘Superman’ o ‘Batman’. Pero,
¿es ironía lo que maneja, o es que todo este respaldo popular le está llevando a endiosarse?
“No soy el mesías”
La
entrevista concedida a ‘Público’ deja abierta a la discusión el interrogante de si
Candel representa un papel o se lo está creyendo. “No me gusta nada lo del mesías. Ha sido la ciudad de Granada la que me ha llevado en volandas a manifestar todo nuestro malestar”.
"No me gusta nada lo del mesías. Ha sido la ciudad de Granada la que me ha llevado en volandas"
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Otro medio generalista, ‘El Confidencial’ relata como
en uno de sus vídeos publicado en Facebook ‘Spiriman’ convierte su enfrentamiento con Díaz y los responsables sanitarios en algo personal: “Sois unos mierdas y estáis jodidos: me habéis tocado los cojones”. Recurrir al insulto es algo habitual en su lenguaje que es fundamentalmente llano, muy de la calle. En el mismo artículo,
Agustín Rivera describe el enfrentamiento de Candel con los sindicatos que han firmado el preacuerdo con la Consejería. “Me dicen que soy radical, pero es que
los sindicatos se han vendido a una ciudad entera. He confiado en ellos y mira cómo me lo han pagado”.
Una cruzada personal
Posiblemente, este afán de personalizar este movimiento en él sea una deriva de lo que ha sucedido durante estos meses en los que
su personaje ha ido restando protagonismo al propio Candel y a la manifestación social que comenzó a liderar siendo solo un cardiólogo de 40 años del Ruiz de Alda. “Existe una trama en Andalucía que no nos dejaba expresarnos a los que trabajamos en la Sanidad por miedo a que no nos renovaran el contrato; ha habido gente obligada a salir de la comunidad por enfrentarse al sistema.
La indignación me llevó a perder el miedo y, poquito a poco, me vi metido en este berenjenal en defensa de la Sanidad Pública”, relata a Cristina S. Barbarroja en la entrevista con ‘Público’.
A ella le cuenta también el coste personal que está teniendo su fama: “Yo les pedía los argumentos que avalaran la fusión, los recortes. Y su respuesta fue denunciar que detrás de mi Fundación había abuso a menores, que yo era un cocainómano, etc…”. También en las redes sociales muestra cómo está afectando su situación a su ámbito familiar. “A la panda de cobardes, embusteros y mierdas que no dan la cara, no difaméis nunca de mi padre, SINVERGÜENZAS!!”, clama en
su perfil de Twitter.
“De mí podéis decir lo que os salga de las narices, es que me da risa, de verdad”, afirma en un vídeo que acompaña al ‘post’, en el que se ve a un ‘Spiriman’ más humano, afectado, sin sus características gafas de sol y con ojeras. Realmente se ve a Candel, que recuerda que su padre es un “economista como la copa de un pino que se ha dedicado casi toda su vida laboral a la banca, que no es ningún delito, cabrones”.
Personaje, líder, médico, hijo, superhéroe, endiosado, oportunista, compañero, descarado, solidario… Seguro que
‘Spiriman’ tiene tantas caras como gente que pueda a entrar a juzgar a este fenómeno mediático y social que ha irrumpido con fuerza en Granada, que se está contagiando a otras provincias andaluzas, y que ya empieza a ser reconocido en toda España.
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